Certosa de San Martino

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La Certosa di San Martino, situada en la colina del Vomero en Nápoles, es uno de los complejos monumentales más significativos de la ciudad, representando un brillante ejemplo de arquitectura barroca. Fundada en 1325 por Carlos de Anjou, duque de Calabria, la cartuja fue inicialmente diseñada por el arquitecto Tino di Camaino y completada por sus sucesores, incluyendo a Giovanni Antonio Dosio y Cosimo Fanzago. El complejo, dedicado a San Martino de Tours, incluye una iglesia, claustros, jardines y numerosas capillas, y hoy en día alberga el Museo Nacional de San Martino. La iglesia principal, con una nave única y varias capillas laterales, está ricamente decorada con obras de arte que datan principalmente de los siglos XVII y XVIII. El pórtico, renovado por Giovanni Antonio Dosio y posteriormente por Cosimo Fanzago, presenta frescos de artistas como Giovanni Baglione y Belisario Corenzio, que cuentan historias de santos cartujos y episodios relacionados con la historia de la cartuja. En el interior, el suelo de mármol de la nave, obra de Cosimo Fanzago, crea un efecto tridimensional con su complejo tallado y el uso de mármoles policromados.Las capillas laterales de la iglesia son ocho, cada una con su propia rica decoración. La capilla de San Gennaro, por ejemplo, presenta pinturas de Battistello Caracciolo y esculturas de Domenico Antonio Vaccaro. La capilla de San Bruno está decorada con mármoles y pinturas de Massimo Stanzione, que representan escenas de la vida del santo. Otra capilla notable es la de la Asunción, con frescos de Francesco De Mura y esculturas de Giuseppe Sanmartino.El gran claustro, también renovado por Giovanni Antonio Dosio, alberga las celdas de los monjes y el cementerio del prior, decorado con bustos de mármol de Cosimo Fanzago. El claustro de los Procuradores, más pequeño, se caracteriza por una logia con frescos y un pozo central. Los jardines colgantes ofrecen una vista panorámica de la ciudad y el golfo de Nápoles, creando una atmósfera de paz y serenidad que contrasta con la animada vida urbana que hay debajo.A lo largo de los siglos, la cartuja ha sido objeto de numerosas intervenciones de restauración y ampliación, que han enriquecido aún más su patrimonio artístico. Durante el período de la Contrarreforma, por ejemplo, la iglesia y los claustros fueron decorados con nuevas obras de arte para cumplir con los criterios estéticos y litúrgicos de la época. Entre los artistas que han trabajado en la cartuja se encuentran nombres ilustres de la pintura napolitana, como Jusepe de Ribera, Luca Giordano y Paolo De Matteis, cuyas obras contribuyen a hacer de la cartuja un verdadero museo de arte sacro.Después de la Unificación de Italia, la cartuja fue transformada en un museo nacional, dedicado a la historia y la cultura de Nápoles. El Museo Nacional de San Martino alberga una amplia colección de obras de arte, artefactos históricos y testimonios de la vida napolitana, ofreciendo a los visitantes un viaje a través de los siglos. Entre las colecciones más importantes se encuentran las de los belenes napolitanos, una tradición artesanal profundamente arraigada en la cultura local, y una serie de vistas de Nápoles que documentan la evolución urbanística de la ciudad.Un aspecto fascinante de la cartuja es la presencia de sótanos góticos, abiertos al público solo recientemente, que revelan la estructura medieval original del complejo. Estos espacios, utilizados como almacenes y bodegas por los monjes, ofrecen una mirada adicional a la vida cotidiana dentro de la cartuja y a las técnicas de construcción utilizadas en la Edad Media.
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