Cementerio Monumental de Milán

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El Cementerio Monumental de Milán es uno de los lugares más emblemáticos y fascinantes de la ciudad, una verdadera obra de arte al aire libre que cuenta la historia y la cultura de Milán a través de sus tumbas y monumentos. Inaugurado en 1866 y diseñado por el arquitecto Carlo Maciachini, el cementerio se extiende sobre una superficie de aproximadamente 250.000 metros cuadrados y alberga una extraordinaria colección de esculturas, obeliscos, templos y capillas que representan una amplia gama de estilos arquitectónicos y artísticos. Desde el principio, el Cementerio Monumental fue concebido como un lugar que iba más allá de la simple función de sepultura, convirtiéndose en un verdadero “templo de la memoria” para la ciudad. Su diseño refleja el eclecticismo típico de la época, combinando elementos del gótico, del románico lombardo y pisano, con inserciones bizantinas, creando un conjunto armonioso e imponente. La entrada principal está dominada por el Famedio, un imponente edificio de estilo neogótico que alberga las tumbas de algunas de las personalidades más ilustres de la historia de Milán e Italia, como Alessandro Manzoni, poeta y novelista, autor de “Los Novios”. Paseando por el cementerio, se pueden admirar las capillas de las grandes familias milanesas, auténticas obras maestras de arquitectura funeraria. Cada capilla cuenta una historia, no solo de la familia que está enterrada allí, sino también de la sociedad milanesa de la época. La capilla Campari, por ejemplo, es una de las más destacadas, con su arquitectura moderna y las esculturas que celebran el éxito industrial de la familia que creó el famoso aperitivo. Otros ejemplos incluyen la capilla Bernocchi, con sus líneas elegantes y sobrias, y la capilla Toscanini, dedicada al gran director de orquesta Arturo Toscanini. El cementerio también es un lugar de descanso para muchas personalidades ilustres del mundo de la política, el arte, la literatura y la ciencia. Entre ellos se encuentran las tumbas de Salvatore Quasimodo, premio Nobel de literatura, de Filippo Turati, uno de los padres del socialismo italiano, y de Leo Valiani, historiador y político. La presencia de estas tumbas subraya la importancia del Cementerio Monumental como lugar de memoria colectiva, donde las vidas y obras de los grandes milaneses son recordadas y celebradas. Uno de los aspectos más fascinantes del Cementerio Monumental es su extraordinaria variedad artística. Las esculturas funerarias van desde el realismo y el eclecticismo de finales del siglo XIX, al Modernismo y al Simbolismo de principios del siglo XX, hasta los años treinta y la época contemporánea. Esta diversidad estilística refleja los cambios culturales y sociales de Milán y de Italia a lo largo de los siglos. Entre las obras más significativas se encuentran las esculturas de Medardo Rosso, Adolfo Wildt y Giannino Castiglioni, que con sus creaciones han contribuido a convertir el cementerio en un museo al aire libre. Uno de los anécdotas más curiosos sobre el Cementerio Monumental concierne a la capilla de la familia Campari. La estructura, caracterizada por una arquitectura moderna e imponente, también es conocida por una leyenda urbana según la cual se podría encontrar en su interior una botella gigante de Campari, el famoso aperitivo inventado por la familia. Aunque solo sea una leyenda, esta anécdota testimonia la influencia cultural y social que algunas de las familias enterradas en el Monumental han tenido en la ciudad de Milán y más allá.
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