Iglesia de San Giovanni in Conca

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La iglesia de San Giovanni in Conca, ubicada en el corazón de Milán en la Piazza Missori, es un fascinante ejemplo de arquitectura paleocristiana y románica, con una historia rica y compleja que se extiende por más de un milenio. Sus orígenes se remontan al siglo V-VI, cuando fue construida como basílica paleocristiana. Posteriormente, en el siglo XII, la iglesia sufrió una reconstrucción en estilo románico después de la destrucción por parte de Federico Barbarroja en 1162. Esta reconstrucción incluyó un campanario de 24 metros y una estructura de tres naves con una cúpula central, marcando una importante fase de desarrollo arquitectónico de la iglesia. En el siglo XIV, San Giovanni in Conca se convirtió en la capilla privada de la poderosa familia Visconti. Bernabò Visconti y su esposa Regina della Scala, destacadas figuras de la dinastía, fueron enterrados aquí, con monumentos funerarios que ahora se encuentran en el Castillo Sforzesco. La iglesia no solo sirvió como lugar de culto, sino también como mausoleo de la familia, enriqueciéndose con decoraciones góticas e importantes obras de arte. La transición de la iglesia a los Carmelitas en 1531, donada por Francesco II Sforza, marcó otra transformación significativa. Los Carmelitas construyeron un monasterio adyacente y modificaron el interior de la iglesia en estilo barroco. Sin embargo, este período de esplendor artístico fue seguido por un largo declive. Con la dominación austriaca en el siglo XVIII, la iglesia fue desconsagrada y cerrada por los franceses, siendo utilizada como almacén. La historia moderna de San Giovanni in Conca está marcada por demoliciones y transformaciones urbanas. En 1877, el Municipio de Milán decidió crear la nueva Via Carlo Alberto, hoy Via Mazzini, atravesando el área ocupada por la iglesia. Esto resultó en la reducción de la iglesia, con la fachada gótica reconstruida unida al ábside restante. En 1881, la comunidad valdense adquirió la iglesia, convirtiéndola en su lugar de culto hasta la completa demolición de la estructura en 1949-1952, necesaria para el desarrollo de Via Albricci y Piazza Missori. Sin embargo, se preservó la cripta y parte del ábside. Hoy en día, la cripta de San Giovanni in Conca es el único ejemplo sobreviviente de cripta románica en Milán y se puede visitar en la Piazza Missori. Esta cripta, caracterizada por bóvedas de crucería y pilares de piedra, alberga restos arqueológicos que ilustran la larga historia de la iglesia. La fachada gótica, por otro lado, fue trasladada y reconstruida en la nueva iglesia valdense en Via Francesco Sforza, manteniendo un vínculo visible con el pasado. San Giovanni in Conca no es solo un sitio arqueológico, sino un símbolo de la compleja historia de Milán, reflejando las transformaciones políticas, sociales y religiosas de la ciudad. Los frescos y obras de arte recuperados de la iglesia durante la demolición, incluidos los monumentos funerarios de Bernabò y Regina Visconti, se exhiben hoy en el Museo de Arte Antiguo del Castillo Sforzesco. Este museo también alberga otros fragmentos artísticos significativos de la iglesia, como dos figuras de una Anunciación del siglo XI y algunos capiteles románicos. Una anécdota interesante concierne a la figura de San Juan Evangelista, representada en una hornacina de la fachada, que muestra al santo sumergido en una caldera de aceite hirviendo. Según la tradición, el emperador Domiciano sometió al santo a esta tortura de la que milagrosamente salió ileso. Esta representación también fue trasladada al Castillo Sforzesco, junto con otros importantes hallazgos.
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