Iglesia de Santa María alla Porta
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Centro Storico
La iglesia de Santa Maria alla Porta, ubicada en el corazón de Milán, representa un extraordinario ejemplo de arquitectura barroca y de historia religiosa de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XII, cuando se construyó una iglesia cerca de la Puerta Vercellina, una de las puertas de las murallas romanas de Milán. Sin embargo, el edificio actual fue construido a partir de 1652 según el diseño del arquitecto Francesco Maria Richini, con trabajos adicionales realizados por Francesco Castelli.
El interior de la iglesia es un derroche de decoraciones barrocas, con estucos y frescos que adornan las bóvedas y las capillas laterales. Entre las obras más significativas se encuentran las pinturas de Camillo Procaccini y Federico Bianchi, que ilustran escenas de la vida de María y otros santos. Una obra particularmente notable es el grupo escultórico de la Asunción de María, realizado por Carlo Simonetta en 1670, que decora el tímpano de la fachada.
Un elemento histórico de gran interés es la conexión de la iglesia con la comunidad polaca de Milán. Una placa en la entrada atestigua que Santa Maria alla Porta fue una capellanía para los fieles de habla polaca, un signo de apertura de la ciudad a las diferentes comunidades religiosas.
La iglesia sufrió graves daños durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, especialmente en la noche del 12 al 13 de agosto de 1943, cuando fue alcanzada por los ataques aéreos angloamericanos. Estos bombardeos causaron la destrucción de la capilla y gran parte de los muebles del siglo XVII, además de dañar gravemente un fresco del siglo XVI que representaba a la Virgen del Mandil, luego restaurado y devuelto a la devoción de los fieles en 2015.
La fachada de la iglesia, aunque restaurada en el siglo XIX, todavía conserva las columnas de granito rosa que muestran las marcas del bombardeo, con fragmentos de granada visibles. Esta fachada está decorada con dos estatuas de ángeles, originalmente colocadas en el siglo XIX, y otras dos estatuas en las hornacinas del segundo orden, actualmente ausentes pero visibles en algunas fotografías de principios del siglo XX.
La iglesia también tiene una importante conexión con algunos descubrimientos milagrosos. Durante la demolición de una iglesia anterior en 1105, se encontraron reliquias preciosas que incluían fragmentos del sepulcro de Jesús, el Santo Sudario, una parte de la piedra del ángel de la anunciación y una astilla de la Santa Cruz. Estas reliquias, también mencionadas por historiadores como Carlo Torre en el siglo XVII, añaden un aura de misterio y sacralidad a la iglesia.
Santa Maria alla Porta se caracteriza por tener una planta de cruz latina con una nave única y capillas laterales decoradas con esculturas en mármol blanco. El altar mayor, dedicado a la Asunción de María, es una obra maestra barroca de Stefano Sampietro, mientras que la sacristía alberga obras de Procaccini, generalmente visibles solo en ocasiones especiales.
La iglesia ha sido objeto de numerosas restauraciones a lo largo de los siglos, con el objetivo de preservar su belleza artística y reparar los daños sufridos durante la guerra. La restauración más reciente, que duró tres años y se completó en 2015, incluyó el mantenimiento de la capilla y la recuperación del suelo de mármol antiguo, además de la restauración del fresco de la Virgen del Mandil.
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