Arco de la Paz

Europa,
Italia,
citta, Milán,
Sempione
El Arco de la Paz en Milán, ubicado al comienzo de Corso Sempione, es un monumento que encarna la historia europea y la grandeza arquitectónica neoclásica. Su construcción comenzó en 1807, bajo la dirección de Luigi Cagnola, para celebrar las victorias napoleónicas, pero fue interrumpida en 1814 con la caída de Napoleón. Reanudados en 1826 bajo el dominio austriaco, los trabajos se completaron y el monumento fue inaugurado en 1838 por el emperador Fernando I de Austria, dedicándolo a la paz alcanzada con el Congreso de Viena de 1815. El arco, de 25 metros de altura y 24 de ancho, presenta una compleja decoración escultórica que narra los acontecimientos históricos de la época. La parte superior está dominada por la “Sestiga della Pace”, una escultura en bronce de Abbondio Sangiorgio, que representa a una diosa de la Paz en un carro tirado por seis caballos. A los lados se encuentran las estatuas de las “Cuatro Victorias a caballo” de Giovanni Putti, símbolos de los principales ríos lombardos: Po, Ticino, Adda y Tagliamento. Curiosamente, después de la caída de Napoleón, los austriacos giraron las estatuas de los caballos 180 grados, haciendo que sus traseros miraran hacia Francia, un gesto simbólico de desprecio hacia el antiguo imperio napoleónico. La base del arco está adornada con bajorrelieves que representan eventos históricos importantes, como la batalla de Leipzig, la derrota de Napoleón y otras escenas de gran significado para la época. Estos detalles no son simplemente decorativos, sino que transmiten mensajes políticos e históricos profundos, narrando las vicisitudes de Europa a principios del siglo XIX. En 1859, el Arco de la Paz se convirtió en el escenario de un evento histórico significativo: la entrada triunfal a Milán de Napoleón III y Vittorio Emanuele II después de la victoria en la batalla de Magenta. Este evento simbolizaba el avance del Risorgimento y el impulso hacia la unificación italiana. Una inscripción conmemorativa en el arco celebra este momento, destacando el papel del monumento como símbolo de la libertad y la independencia italiana. El barrio alrededor del arco es conocido por su animada vida nocturna, con cafeterías, restaurantes y locales que ofrecen una variedad de experiencias gastronómicas y recreativas. Este contraste entre lo antiguo y lo moderno es una de las características más fascinantes de Milán, una ciudad donde la historia se entrelaza con la contemporaneidad de formas siempre sorprendentes. Caminar alrededor del Arco de la Paz significa sumergirse en un verdadero museo al aire libre, donde cada detalle arquitectónico y artístico cuenta una historia. Las 16 columnas corintias, los bajorrelieves de mármol y las estatuas de bronce son testimonios de la maestría artística y la visión política de sus creadores. Este monumento no es solo un placer para los ojos, sino también un alimento para la mente, un lugar donde el arte y la historia se fusionan para crear una experiencia única e inolvidable.
Leer más