Catacumbas de París
Europa,
Francia,
citta, París,
XIV arrondissement
Las Catacumbas de París son un laberinto subterráneo de túneles y cámaras que albergan los restos de más de seis millones de parisinos. Situadas bajo las calles de la ciudad, las catacumbas son una de las atracciones más fascinantes y misteriosas de París, representando un lugar donde la historia, la arquitectura y la antropología se entrelazan en un entorno único y evocador.
El origen de las catacumbas se remonta al final del siglo XVIII, cuando París se enfrentaba a un grave problema sanitario causado por el excesivo hacinamiento de los cementerios urbanos. El Cementerio de los Inocentes, ubicado en el barrio de Les Halles, era el más grande y el más superpoblado. Las condiciones higiénicas eran desastrosas, con consecuencias negativas para la salud pública. Fue así como en 1786, por orden del Consejo de Estado, comenzó la transferencia de los huesos de los cementerios urbanos a las antiguas canteras de piedra caliza situadas bajo París.
Las canteras de caliza, de donde se extrajo la piedra para construir muchos de los edificios históricos de la ciudad, se extienden por kilómetros bajo el suelo parisino. Estas galerías fueron consideradas el lugar ideal para acoger los restos humanos, y los trabajos de traslado continuaron durante varios años, hasta principios del siglo XIX. Durante este período, los huesos fueron transportados de noche, en solemnes procesiones, para evitar perturbar a la población.
El nombre “catacumbas” fue inspirado por las catacumbas romanas, pero el osario parisino tiene un carácter propio. Los esqueletos fueron dispuestos con precisión y atención estética que confieren a las catacumbas un aspecto casi artístico. Los huesos, ordenados en motivos decorativos, crean un efecto visual impresionante y macabro al mismo tiempo. Las paredes de las galerías están revestidas de cráneos y fémures, dispuestos con cuidado para formar columnas, cruces y otras figuras simbólicas.
Una de las secciones más emblemáticas de las catacumbas es el “Barril de las Pasiones” (Baril des Passions), donde los huesos están dispuestos para formar un motivo de barril que simboliza la fragilidad de la vida y la caducidad de la existencia humana. Esta y otras composiciones artísticas en las catacumbas ofrecen una reflexión visual sobre la mortalidad y la vanidad de las preocupaciones terrenales.
Las catacumbas no son solo un osario, sino también un monumento histórico y cultural. Durante la Revolución Francesa, algunas de las figuras más ilustres de la época, como Robespierre y Danton, visitaron estos túneles subterráneos. A lo largo de los siglos, las catacumbas han sido objeto de curiosidad y exploración por parte de muchos, incluidos escritores y artistas. Víctor Hugo, en su famosa novela “Los Miserables”, describe las catacumbas como un laberinto misterioso e inquietante, reflejando el imaginario colectivo asociado con este lugar enigmático.
El complejo de las catacumbas es vasto y se extiende por aproximadamente 300 kilómetros bajo la ciudad. Sin embargo, solo una pequeña parte está abierta al público. Los visitantes pueden acceder a las catacumbas desde una entrada ubicada en el barrio de Denfert-Rochereau, en el 14º distrito. Una escalera de aproximadamente 130 escalones conduce al corazón de las galerías subterráneas, donde la humedad y la temperatura constante de alrededor de 14 grados Celsius crean una atmósfera única y un tanto inquietante.
Las catacumbas también han sido el centro de eventos más recientes, como el descubrimiento, en 2004, de una sala de cine clandestina. Un grupo de exploradores urbanos, conocidos como “cataphiles”, había instalado un espacio completo con pantalla, proyector y asientos, utilizado para proyecciones secretas. Este episodio generó gran interés mediático y reveló la existencia de una comunidad de entusiastas que exploran las catacumbas fuera de los recorridos turísticos oficiales.
La gestión de las catacumbas está a cargo de la entidad pública parisina encargada de la conservación y puesta en valor del patrimonio histórico de la ciudad. A lo largo de los años, se han realizado esfuerzos significativos para garantizar la seguridad de los visitantes y preservar este sitio único en su género. Las catacumbas son una de las atracciones turísticas más visitadas de París, atrayendo cada año a cientos de miles de personas de todo el mundo.
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