Iglesia de San Roque

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La Iglesia de San Roque, ubicada en el corazón de Lisboa, es una obra maestra del arte barroco y uno de los ejemplos más importantes de iglesia jesuita en Portugal. Su historia está estrechamente ligada a la Orden de los Jesuitas, que llegaron a Lisboa en el siglo XVI con el objetivo de difundir la fe católica a través de la educación y la misión. La construcción de la iglesia comenzó en 1553 y se completó en 1619. La Iglesia de San Roque fue una de las primeras iglesias jesuitas construidas en Portugal y una de las primeras en todo el mundo. El sitio donde se encuentra la iglesia era originalmente un cementerio para las víctimas de la peste y un pequeño santuario dedicado a San Roque, el santo patrón contra la peste. La decisión de construir una iglesia más grande y majestuosa se tomó para dar cabida al creciente número de fieles y reflejar la importancia de la misión jesuita.La fachada de la iglesia es simple y austera, en contraste con la opulencia de los interiores. Esta elección refleja el ideal jesuita de humildad y servicio, centrándose en el interior, donde la espiritualidad y el arte se fusionan en un conjunto extraordinario. El interior de la iglesia es un verdadero tesoro de obras de arte, con una serie de capillas ricamente decoradas y un altar mayor de gran belleza.Una de las características más destacadas de la Iglesia de San Roque es la Capilla de San Juan Bautista, considerada uno de los ejemplos más opulentos del barroco europeo. Esta capilla fue encargada por el rey Juan V de Portugal y construida en Roma por algunos de los mejores artistas italianos de la época, incluidos Nicola Salvi y Luigi Vanvitelli. Una vez completada, la capilla fue desmontada y transportada a Lisboa, donde fue reconstruida dentro de la iglesia. La capilla está adornada con mármoles preciosos, piedras duras y mosaicos que representan escenas de la vida de San Juan Bautista, todo enriquecido con detalles dorados y esculturas de bronce.La Iglesia de San Roque también es famosa por su colección de azulejos, las tradicionales baldosas decorativas portuguesas. Estas baldosas adornan las paredes de varias capillas y representan escenas bíblicas y santos, creando un efecto visual de gran impacto. La riqueza decorativa de la iglesia se completa con una serie de pinturas, estatuas y relicarios que testimonian la devoción y generosidad de sus benefactores.Desde un punto de vista histórico, la Iglesia de San Roque ha desempeñado un papel significativo en la vida religiosa y cultural de Lisboa. Durante el terremoto de 1755, que destruyó gran parte de la ciudad, la iglesia sufrió daños menores en comparación con otros edificios, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y resiliencia para la población. A lo largo de los siglos, la iglesia ha albergado importantes ceremonias religiosas y eventos históricos, reforzando su papel como centro espiritual y cultural. Artísticamente, la Iglesia de San Roque representa un excelente ejemplo del barroco portugués, con influencias italianas y locales que se combinan para crear un ambiente de gran belleza y espiritualidad. La iglesia es un testimonio de la habilidad y talento de los artistas y artesanos de la época, que lograron crear una obra de arte que sigue inspirando y fascinando a los visitantes hasta el día de hoy.Una anécdota interesante relacionada con la iglesia es la capilla de San Juan Bautista. Se cuenta que cuando la capilla se completó en Roma, el papa Benedicto XIV quedó tan impresionado por su belleza que declaró que era “demasiado hermosa para dejar Italia”. Sin embargo, el rey Juan V insistió y la capilla fue desmontada y enviada a Lisboa, donde fue reconstruida pieza por pieza. Este episodio subraya la importancia de la capilla y el deseo del rey de llevar a Lisboa una de las obras maestras del barroco europeo.
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