Jardín Botánico Real
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El Real Jardín Botánico de Madrid es una institución histórica y científica de gran importancia, ubicada en el corazón de la ciudad, cerca del Museo del Prado. Fundado en 1755 por orden de Fernando VI, fue trasladado a su ubicación actual en 1774 por voluntad de Carlos III. El arquitecto Francesco Sabatini, conocido por su trabajo en numerosos edificios reales, fue encargado de diseñar el jardín en la nueva ubicación.
El jardín cubre una superficie de aproximadamente ocho hectáreas y alberga más de 5.000 especies de plantas de todo el mundo. Está organizado en tres terrazas principales, cada una con una disposición y variedad de plantas diferentes, que representan un excelente ejemplo de jardín botánico del siglo XVIII. La primera terraza, la más baja, alberga colecciones de plantas medicinales y ornamentales. La segunda terraza está dedicada a plantas arbóreas, arbustos y rosas, mientras que la tercera terraza, la más alta, presenta invernaderos y plantas exóticas.
Uno de los elementos más fascinantes del jardín es el Pabellón Villanueva, un pabellón diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1781. Este edificio neoclásico se ha utilizado como espacio para exposiciones y actividades educativas y representa un ejemplo significativo de la arquitectura de la época. Otras estructuras importantes incluyen los invernaderos, como la Estufa de Graells, que alberga plantas tropicales y subtropicales, ofreciendo a los visitantes una experiencia única de biodiversidad. Desde el punto de vista histórico, el jardín ha experimentado numerosos cambios y desafíos. Durante la Guerra de Independencia Española, el jardín fue utilizado como campo militar por las tropas francesas, sufriendo daños significativos. En el siglo XIX, el jardín continuó evolucionando, con la introducción de nuevas plantas y la construcción de nuevas estructuras. Sin embargo, fue en el siglo XX cuando el jardín experimentó una transformación fundamental, con importantes trabajos de restauración y modernización.
Un dato interesante es el botánico Mariano Lagasca, que fue director del jardín a principios del siglo XIX. Lagasca fue un pionero en la clasificación de plantas y contribuyó significativamente al crecimiento de la colección del jardín. Sin embargo, debido a sus ideas liberales, fue exiliado durante la restauración borbónica, regresando solo después de la muerte de Fernando VII.
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