Iglesia en la Roca

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Ubicada en el corazón de Budapest, la Iglesia en la Roca, también conocida como Sziklatemplom, es un lugar de culto único en su tipo, incrustado en el lado sureste de la Colina Gellért. Esta iglesia, que combina belleza natural y significado religioso, cuenta una historia fascinante que abarca casi un siglo. La historia de la Iglesia en la Roca comienza en los años 20 del siglo XX, cuando un grupo de peregrinos húngaros, inspirados por el santuario de Lourdes en Francia, decidió construir una iglesia similar en Budapest. La construcción se completó en 1931 y la iglesia fue dedicada a la Virgen de Hungría. Junto con la iglesia, también se construyó un monasterio de estilo neorrománico para albergar a los monjes de la Orden de los Paulinos, que habían regresado a Hungría después de un largo exilio. La Iglesia en la Roca ha pasado por períodos turbulentos, especialmente durante el régimen comunista de los años 50. En este período, todos los órdenes monásticos fueron abolidos y los monjes fueron obligados a abandonar la iglesia. La entrada fue tapiada con cemento y la cruz sobre la entrada fue retirada. La iglesia permaneció cerrada hasta los años 90, cuando, con la caída del comunismo, finalmente se reabrió. En 1992, la iglesia fue restaurada y devuelta a los monjes paulinos, quienes reanudaron sus funciones religiosas. La arquitectura de la Iglesia en la Roca es fascinante por su fusión entre elementos naturales y artificiales. El interior de la iglesia está decorado con estatuas religiosas y frescos que emergen de las paredes rocosas, creando una atmósfera sugestiva y mística. En la entrada, los visitantes son recibidos por la estatua de San Esteban, fundador del estado húngaro, y la estatua de la Virgen de Lourdes. El altar principal, realizado por la famosa manufactura de porcelana Zsolnay, es una obra maestra de artesanía. Una de las características más únicas de la Iglesia en la Roca es la presencia de manantiales termales naturales debajo de la colina, que mantienen una temperatura constante de alrededor de 20 grados Celsius durante todo el año. Estos manantiales eran utilizados por el ermitaño San Iván, que habitaba la cueva antes de la construcción de la iglesia y que usaba el agua para curar a los enfermos. Hoy en día, los visitantes aún pueden sentir el calor de los manantiales mientras exploran las capillas interconectadas dentro de la iglesia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la iglesia sirvió como refugio para civiles y refugiados, con los monjes a menudo disfrazándose para proteger a los perseguidos. Este período dramático agregó una capa adicional de significado histórico al sitio. En el interior de la iglesia, los visitantes pueden admirar una reproducción de la Virgen Negra de Częstochowa, un ícono de gran importancia para la Orden de los Paulinos. Otras obras de arte incluyen un gran crucifijo de madera sobre un altar de pirogranito verde y un medallón de vidrio coloreado que representa escenas sagradas. Estos elementos artísticos, combinados con el entorno natural de la cueva, crean una experiencia visual y espiritual única.
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