Micropía
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Micropia es un museo único en su tipo, situado en el corazón de Ámsterdam, que ofrece a los visitantes una fascinante exploración del mundo invisible de los microbios. Inaugurado el 30 de septiembre de 2014, este innovador museo fue desarrollado como parte integrante del complejo ARTIS, el famoso zoológico y jardín botánico de la ciudad. La idea de Micropia surgió del director de ARTIS, Haig Balian, quien quiso crear un espacio educativo para cerrar la brecha entre la ciencia y el público, celebrando la importancia de los microbios en la vida cotidiana.
Micropia se encuentra en el edificio histórico “Ledenlokalen”, que data de 1870, y que ha sido cuidadosamente restaurado para albergar este moderno museo. La arquitectura del edificio, con sus estructuras históricas integradas con tecnologías avanzadas, representa perfectamente la misión de Micropia de combinar pasado y presente, visible e invisible.
El museo ofrece una variedad de exposiciones interactivas que permiten a los visitantes ver de cerca los microbios a través de microscopios avanzados y pantallas digitales. Un ejemplo emblemático es el “Kiss-o-meter”, un dispositivo que mide el número de microbios transferidos durante un beso, demostrando de manera divertida y sorprendente cuán presentes están los microbios en nuestras vidas cotidianas. Este enfoque lúdico del aprendizaje es un elemento distintivo de Micropia, que logra hacer la ciencia accesible e interesante para personas de todas las edades.
Otra atracción notable es el escáner corporal, que permite a los visitantes descubrir los microbios presentes en su propia piel. Este dispositivo utiliza tecnologías avanzadas para mapear la distribución de los microbios en el cuerpo humano, ofreciendo una experiencia educativa única que resalta la complejidad y la importancia de estos microorganismos. El museo también alberga un laboratorio donde los científicos estudian los microbios y llevan a cabo investigaciones innovadoras. Este espacio permite a los visitantes observar de cerca el trabajo de los microbiólogos y comprender mejor las metodologías científicas utilizadas para estudiar estos organismos invisibles. Además, el laboratorio sirve como centro para el desarrollo de nuevas exposiciones y programas educativos, garantizando que Micropia se mantenga a la vanguardia de la comunicación científica.
Un anécdota interesante se refiere a la creación del propio museo. La construcción de Micropia requirió más de doce años de planificación y colaboración entre científicos, arquitectos y educadores. El proceso involucró numerosas pruebas y prototipos para asegurar que las exposiciones pudieran funcionar correctamente y de manera segura, dado que muchos de los microbios expuestos podían ser potencialmente peligrosos. Por ejemplo, fue necesario desarrollar métodos innovadores para mostrar los microbios sin poner en riesgo la salud de los visitantes.
Las exposiciones de Micropia están organizadas de manera que destacan la diversidad y la importancia de los microbios en varios contextos, desde la salud humana hasta el medio ambiente. Los visitantes pueden explorar el “Microbe Wall”, una enorme pared cubierta de placas de Petri que muestran diferentes colonias microbianas, o utilizar los microscopios interactivos para observar microorganismos vivos en tiempo real. Estas experiencias inmersivas ayudan a desmitificar los microbios y a comprender su papel crucial en la vida en la Tierra.
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