Calle Nacional
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La calle Národní, una de las arterias más importantes de Praga, es un lugar donde la historia, la cultura y la vida social se entrelazan de manera indisoluble. Esta calle, que se extiende desde el Puente de las Legiones hasta Jungmannovo náměstí, marca la frontera entre la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva y ha sido escenario de algunos de los eventos más significativos en la historia de la República Checa.
La historia de la calle Národní se remonta a la época medieval, cuando a lo largo de esta calle se encontraban las murallas de fortificación de la ciudad. A lo largo de los siglos, la calle ha experimentado numerosos cambios, reflejando las transformaciones políticas y sociales de Praga. Originalmente conocida como “Nueva Avenida” (Neue Allee), ha cambiado de nombre varias veces, reflejando las diversas dominaciones e influencias que han pasado por la ciudad. Durante el dominio austrohúngaro, la calle fue nombrada en honor a varios miembros de la familia imperial, y no fue hasta 1919, con la creación de la República Checoslovaca, que tomó el nombre actual de Národní, que significa “nacional” en checo.
Uno de los puntos de referencia más icónicos de la calle Národní es el Teatro Nacional, inaugurado en 1881. Este edificio no solo es una obra maestra de la arquitectura neorrenacentista, sino también un símbolo de la identidad cultural checa. El teatro ha albergado innumerables obras, espectáculos de ballet y conciertos, convirtiéndose en un pilar de la vida cultural de Praga. Junto al Teatro Nacional se encuentra la Nueva Escena (Nová Scéna), añadida en 1984. Esta estructura moderna, revestida de paneles de vidrio diseñados por el famoso vidriero checo Stanislav Libenský, ha generado reacciones encontradas por su estilo vanguardista que contrasta con el edificio histórico contiguo.
La calle Národní también ha sido escenario de eventos históricos cruciales. El 17 de noviembre de 1989, la calle fue el escenario de una manifestación pacífica de estudiantes que fue brutalmente reprimida por la policía comunista. Este evento marcó el inicio de la Revolución de Terciopelo, que llevó a la caída del régimen comunista en Checoslovaquia. Hoy en día, una placa conmemorativa en medio de la calle recuerda este momento crucial en la historia del país. La placa, ubicada en la pared del edificio Kaňkův dům, es un símbolo de memoria y resistencia, recordando a los transeúntes la importancia de la libertad y la democracia.
Además de su importancia histórica, la calle Národní también es un centro neurálgico para las compras y la gastronomía. El gran almacén Máj, inaugurado en 1975, es un ejemplo de arquitectura modernista checa y sigue siendo un punto de referencia para las compras. Renovado y renombrado como “My” en 2007, este edificio representa un puente entre el pasado y el presente, combinando el diseño minimalista con las necesidades comerciales modernas.
A lo largo de la calle también se encuentran numerosos cafés históricos, como el Café Slavia, abierto en 1884. Este café ha sido un lugar de encuentro para artistas, escritores e intelectuales, incluido el famoso dramaturgo y presidente Václav Havel. La atmósfera del café, con su fresco “El bebedor de absenta” de Viktor Oliva, evoca un sentido de nostalgia y continuidad cultural, ofreciendo a los visitantes un lugar donde reflexionar sobre la rica historia literaria y artística de Praga.
La arquitectura de la calle Národní es una fascinante mezcla de estilos. Desde edificios en estilo art nouveau y rondocubismo hasta edificios modernos postmodernistas, la calle ofrece una visión visual de la evolución arquitectónica de la ciudad. Edificios como el Palacio Adria, construido en la década de 1920, muestran la influencia del modernismo checo y la arquitectura funcionalista.
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