Mercado de San Antonio

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El Mercat de Sant Antoni de Barcelona es uno de los mercados más emblemáticos e históricos de la ciudad. Ubicado en el barrio de Sant Antoni, este mercado es un ejemplo significativo de la arquitectura modernista y refleja la rica historia comercial de la ciudad. Diseñado por Antoni Rovira i Trias y completado en 1882, el Mercat de Sant Antoni ha sido recientemente restaurado, con su reapertura en 2018 después de un largo período de renovación iniciado en 2009. La construcción del Mercat de Sant Antoni se remonta a la época de la expansión urbanística de Barcelona, posterior a la demolición de las murallas medievales. Rovira i Trias, el arquitecto responsable, ideó un edificio con planta de cruz griega, con cuatro brazos principales que se cruzan en una gran cúpula octogonal de veintiocho metros de altura, sostenida por ocho columnas de hierro. Esta estructura no solo es un notable ejemplo de ingeniería y diseño del siglo XIX, sino también un importante testimonio de la transición de Barcelona de ciudad amurallada a metrópoli moderna. El mercado originalmente incluía tres secciones diferentes: el mercado de alimentos, los Encants y el Dominical. Los Encants, ubicados a lo largo del perímetro, eran conocidos por la venta de productos textiles y otros artículos no alimentarios, mientras que el Dominical, una feria dominical, era famoso por la venta de libros, revistas, postales y coleccionables. Esta división permitió al Mercat de Sant Antoni atender a una amplia gama de clientes, desde residentes locales hasta coleccionistas y turistas. Durante la restauración, se descubrieron importantes restos arqueológicos, incluidas partes de las murallas medievales de la ciudad. Estos hallazgos se integraron en el nuevo proyecto, creando una interesante combinación entre lo antiguo y lo moderno. La restauración incluyó la renovación de elementos históricos, como la cúpula central y el techo, y la introducción de nuevas tecnologías sostenibles, como sistemas de geotermia para la eficiencia energética. Desde el punto de vista artístico, el Mercat de Sant Antoni es un espléndido ejemplo de arquitectura modernista, con su estructura de hierro y decoraciones intrincadas. Las columnas de hierro no solo sostienen la estructura, sino que también sirven como conductos para el agua de lluvia, demostrando la atención a los detalles funcionales y estéticos de la época. La reciente restauración ha preservado estos elementos, convirtiendo al mercado no solo en un lugar de comercio, sino también en un sitio de interés arquitectónico y cultural. Un dato interesante es la reapertura del mercado en 2018, cuando el proyecto de restauración reveló la existencia de un antiguo bastión de las murallas de la ciudad. Este hallazgo añadió una nueva dimensión histórica al mercado, convirtiéndolo en un lugar donde pasado y presente se encuentran. La reestructuración también incluyó la creación de espacios públicos y plazas abiertas, integrando aún más el mercado en el tejido urbano.
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