Museo de Bellas Artes de Marsella

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El Museo de Bellas Artes de Marsella, ubicado en el suntuoso Palais Longchamp, es uno de los museos de arte más antiguos y prestigiosos de la ciudad. Inaugurado en 1869, el museo debe su existencia a un decreto de 1801 del Consulado francés, que estableció la creación de 15 museos en toda Francia, incluido el de Marsella. El propio Palais Longchamp es una obra de arte arquitectónica, diseñada por Henri-Jacques Espérandieu, que celebra la construcción del Canal de Marsella. Este magnífico palacio, con sus fuentes y esculturas elaboradas, alberga no solo el Museo de Bellas Artes, sino también el Museo de Historia Natural. El Museo de Bellas Artes de Marsella cuenta con una colección excepcional de más de 15,000 obras de arte, que abarcan desde el siglo XVI hasta el XIX. La colección se divide en diferentes secciones temáticas, que incluyen pintura, escultura, artes decorativas y dibujos. Los visitantes pueden admirar obras maestras de artistas de renombre internacional como Rubens, David y Puget, además de obras de maestros italianos, franceses y españoles. Entre las obras más famosas se encuentran “La Chasse au sanglier” de Peter Paul Rubens, “Saint Roch interceding with the Virgin” de Jacques-Louis David y “Le port de Marseille” de Félix Ziem. Una área particularmente fascinante del museo está dedicada a la escultura, con obras significativas de Pierre Paul Puget, uno de los escultores barrocos franceses más importantes, y de Auguste Rodin, representado por su famosa escultura “La Méditation”. Estas esculturas no solo demuestran la maestría técnica de los artistas, sino que también ofrecen una visión de los temas y emociones que han atravesado las épocas. La colección de pinturas del museo es igualmente impresionante. El museo posee obras de pintores provenzales como Loubon y Guigou, que capturaron la belleza del paisaje y la vida cotidiana de la región. Además, el museo alberga una serie de pinturas históricas que documentan eventos cruciales en la historia de Marsella y Francia. Estas pinturas no solo ofrecen una visión artística del pasado, sino que también sirven como testimonio histórico de los acontecimientos. Un dato interesante sobre el Palais Longchamp en sí mismo. El palacio y su parque fueron construidos para celebrar la llegada del agua del Durance a Marsella a través del Canal de Marsella, un proyecto de ingeniería que resolvió los problemas crónicos de abastecimiento de agua de la ciudad. El complejo, con su escénica fuente y alas simétricas, representa uno de los más bellos ejemplos de arquitectura del siglo XIX en Francia.
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