Catedral de Sevilla

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La Catedral de Sevilla, oficialmente conocida como la Catedral de Santa María de la Sede, es una obra maestra arquitectónica y uno de los monumentos más icónicos de Sevilla y de toda España. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, la catedral es la catedral gótica más grande del mundo y la tercera iglesia cristiana en tamaño después de San Pedro en el Vaticano y la Catedral de San Pablo en Londres. La historia de la catedral está profundamente entrelazada con la de la ciudad. El edificio actual se encuentra en el sitio de una gran mezquita almohade construida en el siglo XII. La mezquita fue construida por orden del califa Abu Yaqub Yusuf y completada en 1198. Cuando Fernando III de Castilla conquistó Sevilla en 1248, la mezquita fue convertida en una catedral cristiana. La transformación del sitio culminó con la decisión, tomada en 1401, de construir una nueva y grandiosa catedral gótica. Según la tradición local, los miembros del capítulo de la catedral declararon: “Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que aquellos que la vean construida nos tomarán por locos”. La construcción comenzó en 1402 y duró más de un siglo, con numerosos arquitectos que contribuyeron al proyecto a lo largo de los años. Entre ellos, Enrique de Egas, Juan Gil de Hontañón y Juan de Castillo. El resultado es una estructura imponente y fascinante, que combina elementos góticos, renacentistas y barrocos. La catedral tiene una longitud de 135 metros, una anchura de 100 metros y una altura de 40 metros, con una nave central que se eleva a una altura de 42 metros, otorgando al interior una sensación de vastedad y solemnidad. Uno de los elementos más distintivos de la catedral es la Giralda, el campanario que originalmente servía como alminar para la mezquita almohade. La Giralda tiene una altura de 105 metros y ofrece una vista panorámica espectacular de la ciudad. Su arquitectura es un ejemplo perfecto de fusión entre el diseño islámico y cristiano, con la parte superior añadida después de la reconquista cristiana. En el interior de la catedral, los visitantes pueden admirar una riqueza de obras de arte y artefactos históricos. La Capilla Mayor alberga un altar mayor considerado uno de los más grandes e impresionantes del mundo. Este altar es un derroche de esculturas y relieves en madera dorada, representando escenas de la vida de Cristo y la Virgen María, creado por Pierre Dancart y otros artistas entre 1482 y 1564. La Catedral de Sevilla también es famosa por albergar la tumba de Cristóbal Colón. Aunque hay un debate sobre la autenticidad de los restos, la tumba está sostenida por cuatro figuras que representan los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra, simbolizando la unidad de España. La presencia de Colón subraya la importancia histórica de Sevilla como punto de partida para las exploraciones del Nuevo Mundo. Otra capilla notable es la Capilla Real, que contiene los restos de los reyes Fernando III, Alfonso X el Sabio y Pedro I de Castilla. Esta capilla es un magnífico ejemplo de arquitectura renacentista y alberga la corona de la Virgen de los Reyes, hecha con 12.000 piedras preciosas. El Patio de los Naranjos, el antiguo patio de abluciones de la mezquita, es un oasis de tranquilidad con sus naranjos y fuentes. Este espacio aún conserva algunas de las características originales moriscas y ofrece un respiro refrescante ante la magnificencia del interior de la catedral.
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