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El barrio de Varoš en Split, también conocido como Veli Varoš, es una de las áreas más antiguas y fascinantes de la ciudad, situada al noroeste del Palacio de Diocleciano y al pie de la colina de Marjan. Este barrio, desarrollado a partir del siglo XVII, es un auténtico laberinto de estrechas calles empedradas, bordeadas por casas tradicionales de piedra, que ofrecen una visión auténtica de la vida local y la historia de Split. Varoš fue originalmente habitado por campesinos y pescadores, y su arquitectura refleja este humilde origen. Las casas tradicionales de Varoš a menudo están construidas alrededor de patios cerrados, con establos y bodegas en la planta baja y viviendas en el piso superior, accesibles a través de escaleras exteriores. Esta estructura arquitectónica no solo proporcionaba funcionalidad, sino también cierta seguridad e intimidad a las familias que vivían allí. Una de las características más distintivas del barrio es la presencia de numerosas iglesias históricas. Entre ellas, la iglesia prerrománica de San Nicolás (Sveti Mikula), construida en el siglo XI, es particularmente notable. En la fachada occidental, un portal románico decorado con imágenes de leones y las inscripciones que mencionan a los ciudadanos Ivan y su esposa Tiha, testimonian la antigüedad y la importancia histórica del lugar. La iglesia de la Santa Cruz (Sveti Križ), erigida en 1681, es otro punto de referencia, fácilmente reconocible por su cúpula bulbosa barroca que se eleva sobre el campanario. El Monasterio Franciscano y la Iglesia de San Francisco (Sveti Frane), ubicados cerca del mar, son famosos no solo por su belleza arquitectónica, sino también por las tumbas de ciudadanos ilustres de Split. Aquí descansan el famoso escritor Marko Marulić, considerado el padre de la literatura croata, el compositor Ivan Lukačić y el político Ante Trumbić, cuya tumba fue realizada por el célebre escultor Ivan Meštrović. El ambiente auténtico de Varoš se enriquece aún más con las vistas panorámicas que se pueden disfrutar desde la colina de Marjan, que domina el barrio. Esta colina no solo ofrece un refugio verde y tranquilo del bullicio de la ciudad, sino que también es un lugar de gran importancia histórica y cultural, con numerosas iglesias antiguas y un cementerio judío. Además de su rica historia y vibrante vida cultural, Varoš es un ejemplo de cómo el patrimonio urbano puede ser preservado e integrado en la vida moderna. En los últimos años, muchas de las antiguas casas de piedra han sido restauradas, convertidas en encantadoras residencias privadas y hoteles boutique, contribuyendo a revitalizar el barrio y mantener su autenticidad. Varoš también es un ejemplo significativo de las transformaciones sociales y económicas de Split. Una vez símbolo de la pobreza de los pescadores locales, hoy en día el barrio se ha convertido en una de las zonas más codiciadas de la ciudad, con precios inmobiliarios en fuerte aumento. Este cambio refleja la evolución de Split de una ciudad portuaria tradicional a un vibrante destino turístico internacional.
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