Estoa de Atalo

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El Stoa de Átalo, ubicado en el Ágora Antigua de Atenas, es uno de los edificios más emblemáticos y mejor conservados de la antigua Grecia. Construido originalmente entre el 159 y el 138 a.C. por Átalo II, rey de Pérgamo, como regalo a los ciudadanos atenienses por su educación recibida en Atenas, el stoa representa un ejemplo extraordinario de arquitectura helenística. El término “stoa” se refiere a un pórtico cubierto y columnado, utilizado en la antigua Grecia como lugar de encuentro y paseo. El Stoa de Átalo, con sus imponentes dimensiones de 115 metros de longitud y 20 de ancho, era una estructura monumental de dos pisos, diseñada para albergar tiendas y espacios públicos. La fachada del primer piso estaba adornada con 45 columnas dóricas, mientras que el segundo piso presentaba columnas jónicas, demostrando la maestría de los arquitectos griegos en combinar diferentes órdenes arquitectónicos. Desde el punto de vista histórico, el Stoa de Átalo servía como una especie de centro comercial y lugar de encuentro social para los atenienses. Era un lugar donde los ciudadanos podían pasear, discutir negocios, filosofar o simplemente refugiarse del cálido sol veraniego. Los espacios interiores del stoa estaban divididos en tiendas, que ofrecían una variedad de mercancías, contribuyendo así a la vitalidad económica del Ágora. Sin embargo, el stoa no fue ajeno a las vicisitudes de la historia. En el 267 d.C., durante la invasión de los hérulos, fue gravemente dañado y abandonado. Permaneció en ruinas durante siglos, hasta que, en 1953, la Escuela Americana de Estudios Clásicos en Atenas, con el financiamiento de la familia Rockefeller, emprendió un ambicioso proyecto de reconstrucción. La restauración, completada en 1956, se llevó a cabo siguiendo escrupulosamente las técnicas y materiales antiguos, convirtiendo el Stoa de Átalo en uno de los ejemplos más exitosos de reconstrucción arqueológica. Hoy en día, el Stoa de Átalo alberga el Museo del Ágora Antigua, que exhibe una amplia colección de artefactos que van desde la Edad del Bronce hasta el período bizantino. Entre las piezas más significativas se encuentran cerámicas, esculturas, monedas y objetos de uso diario que cuentan la vida de los antiguos atenienses. Uno de los objetos más interesantes es el kleroterion, un dispositivo utilizado para la asignación aleatoria de ciudadanos atenienses a cargos públicos, lo que testimonia la importancia de los principios democráticos en la antigua Atenas. Una anécdota fascinante relacionada con el Stoa de Átalo se refiere a la influencia del rey Átalo II en su construcción. Rey de Pérgamo, Átalo era conocido por ser un gran mecenas de las artes y la cultura helenística. Durante su reinado, Pérgamo se convirtió en uno de los centros culturales más importantes del mundo helenístico, con una biblioteca que rivalizaba con la de Alejandría. La construcción del stoa en Atenas fue un gesto simbólico que subrayaba el vínculo cultural y político entre Pérgamo y Atenas. El contexto artístico y arquitectónico del Stoa de Átalo es igualmente significativo. La combinación de estilos dórico e jónico refleja la capacidad de los arquitectos griegos para innovar respetando las tradiciones clásicas. La estructura de dos pisos, rara para la época, mostraba una sofisticación técnica que inspiró muchas construcciones posteriores. Además, el stoa también influyó en la arquitectura romana, donde los pórticos columnados se convirtieron en una característica común en edificios públicos y privados. Políticamente, el Stoa de Átalo representaba un símbolo de generosidad y diplomacia. A través de este regalo, Átalo II fortalecía los lazos con Atenas, una ciudad que tenía un enorme prestigio cultural e intelectual. Este tipo de mecenazgo era común entre los soberanos helenísticos, que veían en el apoyo a las ciudades griegas una forma de consolidar su poder y prestigio.
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