Iglesia de San Fermo Maggiore

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La Iglesia de San Fermo Maggiore en Verona es uno de los complejos religiosos más fascinantes y ricos históricamente de la ciudad, caracterizado por una extraordinaria combinación de estilos arquitectónicos románicos y góticos. Ubicada en el barrio de Veronetta, cerca del río Adige, esta iglesia está dedicada a los santos Fermo y Rustico, mártires del siglo III. Según la tradición, los dos santos fueron martirizados precisamente en el lugar donde se encuentra la iglesia, lo que le confiere al edificio un profundo significado religioso e histórico. La iglesia de San Fermo es única en su género porque está compuesta por dos edificios superpuestos: una iglesia inferior, construida entre 1065 y 1143 sobre los restos de una iglesia paleocristiana del siglo V, y una iglesia superior, construida por los frailes franciscanos en las primeras décadas del siglo XIV. Este doble nivel arquitectónico permite leer la historia a través de sus piedras, con la parte inferior que conserva el estilo románico y la parte superior que expresa plenamente el estilo gótico. La fachada de la iglesia está dividida en dos partes por una galería de arquillos ciegos. La parte inferior, en toba, pertenece a la iglesia románica, mientras que la parte superior, con bandas alternadas de toba y ladrillo, es típicamente gótica. El portal románico, con su profunda chambrana de múltiples cuerdas, está coronado por una luneta con una estatua de San Francisco y un altar sepulcral del siglo XIV que alberga los restos de Aventino Fracastoro. Un elemento distintivo de la fachada es la puerta de bronce, realizada por el maestro Luciano Minguzzi, con 24 paneles que cuentan la historia de los santos Fermo y Rustico. Al entrar en la iglesia superior, uno queda inmediatamente impresionado por el magnífico techo de madera en forma de quilla de nave, adornado con una doble galería de arquillos pintados con bustos de santos. Este techo del siglo XIV es un ejemplo excepcional de maestría artesanal y contribuye a crear una atmósfera solemne y fascinante. La nave única, en forma de cruz latina, está rodeada por cinco ábsides y enriquecida con una serie de altares laterales. En el interior de la iglesia superior se pueden admirar numerosas pinturas y frescos que van desde el siglo XIII al XVII. Entre ellos destacan el fragmento de fresco con ángeles músicos de Stefano da Verona, varias pinturas de Domenico Brusasorci, el fresco de la Crucifixión de Turone, y obras de Francesco Torbido, Battista del Moro, Liberale da Verona y Alessandro Turchi, conocido como l’Orbetto. Especial atención merecen algunas esculturas juveniles de Michele Sanmicheli y el mausoleo de Nicolò Brenzoni, auténtica obra maestra del arte tardogótico, adornado con esculturas del florentino Nanni di Bartolo y frescos de Pisanello. Un elemento de gran interés es la Capilla Brenzoni, donde se encuentra el famoso Monumento Brenzoni, realizado por Nanni di Bartolo. Este monumento incluye una representación de la Resurrección de Cristo, rodeada de ángeles, soldados dormidos y putti que levantan cortinas, creando un efecto teatral de gran impacto. Sobre el monumento se encuentra un fresco de la Anunciación, una de las primeras obras importantes de Pisanello, conocido por su delicadeza y refinamiento. A través de una puerta en el transepto derecho se accede al claustro románico, desde donde una escalera conduce a la iglesia inferior. Este espacio subterráneo, también en forma de cruz latina pero con tres naves, conserva todavía la atmósfera íntima y austera de la primitiva iglesia románica. Aquí se pueden admirar antiguos frescos y la arquitectura original, que testimonian la larga historia de devoción y culto que caracteriza a San Fermo Maggiore. La historia de la iglesia también está marcada por eventos dramáticos, como la inundación del Adige en 1757, que dañó gravemente la iglesia inferior, obligando a los religiosos a trasladar las reliquias de los santos Fermo y Rustico a la iglesia superior. Durante la ocupación napoleónica a finales del siglo XVIII, los franciscanos fueron obligados a abandonar el convento, que pasó al clero secular y se convirtió en una parroquia diocesana.
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