Fuente de las Náyades

Europa,
Italia,
citta, Roma,
Rione XVII - Sallustiano
La Fuente de las Náyades, ubicada en el centro de la Piazza della Repubblica en Roma, es un espléndido ejemplo de arquitectura monumental y escultura decorativa de finales del siglo XIX. Inaugurada en 1901, la fuente fue diseñada por el arquitecto Alessandro Guerrieri y embellecida con las esculturas de Mario Rutelli, un artista de gran talento que supo capturar la elegancia y vitalidad de las figuras mitológicas que adornan la fuente. La fuente tiene una historia fascinante que refleja los cambios urbanísticos y artísticos de Roma durante la unificación de Italia. Originalmente, la plaza era conocida como Piazza dell’Esedra, nombre que proviene del antiguo porticado semicircular de las Termas de Diocleciano, que todavía hoy forma el fondo escénico de la plaza. La construcción de la fuente fue parte de un proyecto más amplio de modernización y embellecimiento de la ciudad, con el objetivo de celebrar la nueva identidad nacional y transformar Roma en una capital digna del nuevo Reino de Italia. El proyecto inicial de Guerrieri preveía una fuente sencilla, con cuatro leones de piedra que arrojaban agua en la pileta central. Sin embargo, el alcalde de Roma en ese momento, Ernesto Nathan, quería algo más grandioso y simbólico. Así, en 1900, se lanzó un concurso para reemplazar a los leones con figuras más dinámicas y alegóricas, y se eligió el proyecto de Rutelli, que proponía la representación de las Náyades, las ninfas de las aguas dulces de la mitología griega. Las Náyades de Rutelli son figuras femeninas fascinantes, que encarnan las diferentes formas del agua: la Ninfa de los Lagos, reconocible por el cisne que acaricia, la Ninfa de los Ríos, tendida sobre un monstruo fluvial, la Ninfa de los Océanos, cabalgando un caballo marino, y la Ninfa de las Aguas Subterráneas, tendida sobre un dragón. Estas figuras, esculpidas con gran maestría, se caracterizan por poses sensuales y dinámicas, que han causado sensación y debate entre los contemporáneos por su audacia y realismo. En el centro de la fuente se alza una poderosa escultura de Glauco, el dios marino, luchando con un delfín. Esta figura representa el triunfo del hombre sobre la fuerza bruta de la naturaleza, un símbolo de progreso y dominación. La elección de Glauco como figura central no fue casual, sino que reflejaba la aspiración de la ciudad a controlar y utilizar los recursos naturales para el bienestar de la población. Un dato interesante es la reacción inicial del público ante la fuente. Cuando las estatuas de las Náyades fueron instaladas, hubo una gran polémica por su desnudez y sensualidad. Muchos criticaron la obra como indecente e inapropiada para una plaza pública. Sin embargo, con el paso del tiempo, la belleza y habilidad artística de Rutelli fueron reconocidas, y la fuente se convirtió en uno de los símbolos de Roma, amada y admirada por todos.
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