gueto judío

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citta, Roma,
Rione XI - Sant'Angelo
La historia del Ghetto de Roma es un testimonio vivo y doloroso de la compleja relación entre la comunidad judía y la ciudad eterna. Fundado en 1555 por orden del Papa Pablo IV con la bula papal “Cum nimis absurdum”, el ghetto fue el primero establecido en el mundo occidental y permaneció activo hasta 1870. Ubicado en el barrio de Sant’Angelo, el ghetto confinaba a sus habitantes en un área muy restringida y sometida a condiciones de vida extremadamente duras. El ghetto de Roma estaba rodeado por muros y las puertas se cerraban al atardecer y se abrían al amanecer. Los judíos estaban obligados a llevar signos distintivos amarillos y solo podían trabajar en ciertos oficios, a menudo humildes y mal remunerados. Cada año debían pedir permiso para quedarse en el ghetto, pagando un tributo y sufriendo humillaciones, como tener que escuchar sermones cristianos forzados. Las condiciones de vida dentro del ghetto eran miserables. El área estaba superpoblada y las viviendas se construían en altura para poder albergar a toda la comunidad, bloqueando a menudo la luz del sol y haciendo el ambiente húmedo e insalubre. Las enfermedades eran comunes, y las frecuentes inundaciones del río Tíber empeoraban aún más las condiciones higiénicas. A pesar de todo, la comunidad judía logró mantener viva su identidad cultural y religiosa, desarrollando incluso un dialecto único, el giudaico-romanesco. Uno de los edificios más significativos del ghetto es el Portico d’Ottavia, que data de la época romana y que fue utilizado durante la Edad Media como mercado de pescado. La iglesia de Sant’Angelo in Pescheria, construida dentro del portico, es un ejemplo de cómo las estructuras antiguas fueron reutilizadas y adaptadas a lo largo de los siglos. Otro lugar importante es la Sinagoga de Roma, o Tempio Maggiore, construida después de la demolición del ghetto en 1888, cuando la comunidad judía finalmente obtuvo la libertad de vivir en cualquier parte de la ciudad. El fin del ghetto llegó con la anexión de Roma al Reino de Italia en 1870. Los muros fueron derribados y la comunidad judía finalmente pudo disfrutar de los mismos derechos que los demás ciudadanos. Sin embargo, la trágica historia del ghetto continuó afectando la vida de los judíos romanos. Durante la ocupación nazi en 1943, más de 1.000 judíos fueron deportados a campos de exterminio. Solo 16 de ellos sobrevivieron. Hoy en día, el ghetto de Roma es un vibrante barrio que celebra la rica cultura judía. Sus estrechas calles y plazas, como la Piazza delle Cinque Scole y la Piazza Mattei con la famosa Fontana delle Tartarughe, son lugares fascinantes para explorar. Los visitantes pueden disfrutar de la cocina judío-romana en los restaurantes kosher, que ofrecen platos tradicionales como alcachofas a la judía y tarta de requesón y cerezas. La Pasticceria Boccione es un punto de referencia para aquellos que desean degustar dulces tradicionales judíos.
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