Mausoleo de Cecilia Metella

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Appio Claudio
El Mausoleo de Cecilia Metella es uno de los monumentos funerarios más impresionantes de la antigua Roma, ubicado a lo largo de la Vía Apia Antica, a unas tres millas del centro histórico de la ciudad. Construido entre el 30 y el 10 a.C., durante el reinado del emperador Augusto, el mausoleo celebra a Cecilia Metella, una noble romana perteneciente a una de las familias más influyentes de la época. Su padre, Quintus Caecilius Metellus Creticus, era un cónsul romano conocido por su conquista de Creta, y su esposo, Marco Licinio Crasso el Joven, era hijo del famoso triunviro. El mausoleo se distingue por su estructura masiva e imponente, que refleja el poder y la riqueza de la familia Caecilia. La construcción se caracteriza por un tambor cilíndrico que descansa sobre una base cuadrada, una combinación que le confiere al monumento un aspecto majestuoso y sólido. Las paredes del tambor están revestidas de travertino, y la parte superior está decorada con un friso esculpido que representa cabezas de bueyes (bucranios) y guirnaldas florales, símbolos comunes en los monumentos funerarios romanos. La inscripción sobre la entrada dice: “CAECILIAE | Q·CRETICI·F | METELLAE·CRASSI”, confirmando la identidad de la difunta y su vínculo con dos figuras importantes de la historia romana. El interior del mausoleo es igualmente fascinante. La celda, el corazón del mausoleo, es una cámara funeraria cilíndrica que se extiende a lo largo de toda la altura del edificio. Originalmente, el mausoleo habría contenido la urna cineraria de Cecilia Metella, aunque no hay pruebas definitivas que confirmen la presencia de un sarcófago perteneciente a la noble romana. De hecho, un sarcófago de mármol actualmente conservado en el Palazzo Farnese, aunque asociado al mausoleo, parece pertenecer a una época posterior. En el siglo XIV, el mausoleo fue transformado en una fortaleza por la familia Caetani, que añadió almenas y otras estructuras defensivas, convirtiendo la tumba en un castrum. Esta intervención formaba parte de una estrategia más amplia para controlar la Vía Apia y el comercio a lo largo de esta importante arteria romana. La fortificación de la tumba, con la construcción de establos, almacenes y una iglesia dedicada a San Nicolás, convirtió al mausoleo en un elemento clave del sistema defensivo medieval de la zona. Uno de los aspectos más interesantes del Mausoleo de Cecilia Metella es su integración en el paisaje circundante. Situado a lo largo de la Vía Apia, una de las rutas más antiguas y significativas históricamente de Roma, el mausoleo se alza como un punto de referencia visible desde lejos. La Vía Apia en sí es una arteria histórica que ha conectado Roma con el sur de la península itálica desde el siglo IV a.C. Al pasear por esta vía, los visitantes pueden sumergirse en un viaje a través de la historia romana, pasando junto a numerosos otros monumentos y sitios arqueológicos.
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