Baños de Tito

Europa,
Italia,
citta, Roma,
Rione I - Monti
Las Termas de Tito, construidas en el 79 d.C. e inauguradas al año siguiente, representan uno de los ejemplos más antiguos de termas imperiales en Roma. Situadas en la colina del Oppio, estas termas fueron construidas cerca de la Domus Aurea de Nerón, aprovechando parte de las estructuras preexistentes. El emperador Tito, hijo de Vespasiano, quiso devolver al pueblo romano un lugar de esparcimiento y bienestar, convirtiendo las Termas de Tito en un símbolo de la magnificencia imperial. La estructura de las termas reflejaba una organización funcional y simétrica típica, con espacios destinados a diferentes actividades. El complejo incluía varios ambientes termales: los calidaria, habitaciones calentadas con bañeras calientes, el tepidarium, una sala tibia, y el frigidarium, una gran sala fría con bañeras laterales. El acceso a las termas estaba marcado por una monumental escalinata que conectaba el Coliseo con el área termal, subrayando la importancia y centralidad del complejo en la vida urbana romana. Las termas fueron construidas en tres fases principales: la construcción original bajo Tito, una intervención de restauración bajo el emperador Adriano y una expansión posterior en el siglo III. Durante estas intervenciones, se añadieron nuevos elementos arquitectónicos y decorativos, que contribuyeron a hacer de las Termas de Tito un ejemplo de elegancia y sofisticación. A pesar de estas modificaciones, las termas eran más pequeñas que las posteriores de Caracalla y Diocleciano, pero las superaban en términos de buen gusto y detalle artístico. El aspecto artístico de las termas está testimoniado por las numerosas decoraciones y frescos que adornaban las paredes interiores. Los sótanos de las termas, aún bien conservados hoy en día, presentan pinturas de arabescos de gran variedad y vivacidad, que recuerdan al estilo grotesco, famoso durante el Renacimiento. Se dice que el propio Rafael se inspiró en estos frescos para las decoraciones de las logias del Vaticano, aunque no hay pruebas definitivas de que él mismo los descubriera y volviera a enterrar. Junto a las termas se encontraba el palacio de Tito, famoso por albergar el célebre grupo escultórico de Laocoonte, descubierto durante las excavaciones renacentistas y hoy expuesto en los Museos Vaticanos. Este palacio y las termas adyacentes formaban un complejo único que testimoniaba la grandeza y sofisticación de la Roma imperial. Desafortunadamente, las Termas de Tito fueron abandonadas con el tiempo y hoy solo quedan algunos restos visibles. Sin embargo, las ruinas sobrevivientes aún permiten apreciar la majestuosidad original de este complejo termal. Las áreas subterráneas, en particular, ofrecen una visión fascinante de la vida cotidiana en la antigua Roma, así como un ejemplo de la extraordinaria maestría artística y arquitectónica de los romanos.
Leer más