Baños termales Széchenyi
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El complejo termal Széchenyi, ubicado en el corazón del Parque Városliget en Budapest, es uno de los más grandes y fascinantes establecimientos termales de Europa. Inaugurado en 1913, este complejo es una joya arquitectónica y un símbolo de la cultura termal que caracteriza a la capital húngara. El nombre del complejo es un homenaje a István Széchenyi, una de las figuras más influyentes de la historia húngara, conocido como “el más grande húngaro” por su contribución al desarrollo económico y cultural del país.
La historia de las termas Széchenyi comienza con el descubrimiento de fuentes termales ricas en minerales en el barrio Városliget, a finales del siglo XIX. Estas fuentes fueron aprovechadas para crear un complejo termal que respondiera a las crecientes necesidades de salud y bienestar de la población de Budapest. El proyecto fue encargado al arquitecto Győző Czigler, quien diseñó un edificio de estilo neobarroco con influencias neorrenacentistas. El resultado fue un complejo majestuoso, caracterizado por elegantes fachadas, imponentes cúpulas y detalles decorativos refinados.
La construcción de las termas Széchenyi fue una empresa de notable complejidad. La perforación para encontrar el agua termal comenzó en 1868 y alcanzó una profundidad de 970 metros, una de las perforaciones más profundas de la época. El agua, rica en calcio, magnesio e hidrogeno carbonato, brota a una temperatura de aproximadamente 74°C y es conocida por sus propiedades curativas. Esta agua alimenta las numerosas piscinas interiores y exteriores del complejo, ofreciendo a los visitantes una experiencia de baño única y beneficiosa.
Las termas Széchenyi cuentan con un total de 21 piscinas, incluyendo piscinas cubiertas y al aire libre, bañeras de hidroterapia, saunas y baños turcos. Las piscinas exteriores son particularmente famosas y atraen visitantes durante todo el año, gracias a la temperatura constante del agua que permite nadar incluso en los meses de invierno. La imagen de las piscinas exteriores envueltas en vapor en un frío día de invierno es una de las postales más icónicas de Budapest.
Además de las piscinas, el complejo ofrece una amplia gama de servicios para el bienestar, incluyendo masajes terapéuticos, fangoterapia, aromaterapia y tratamientos de belleza. Estos servicios están diseñados para ofrecer a los visitantes una experiencia de relajación y regeneración completa, aprovechando las propiedades beneficiosas de las aguas termales. Las termas Széchenyi han desempeñado un papel importante en la vida social y cultural de Budapest. Durante la época comunista, las termas eran frecuentadas por personas de todas las clases sociales, convirtiéndose en un lugar de encuentro y socialización. Aún hoy, las termas son un punto de encuentro para la comunidad local, que acude no solo para relajarse, sino también para participar en partidas de ajedrez en las piscinas exteriores, una actividad que se ha convertido en toda una tradición.
Una anécdota interesante es la visita del legendario nadador Johnny Weissmuller, conocido por interpretar a Tarzán en las películas de los años 30 y 40. Weissmuller, que era de origen húngaro, visitó las termas Széchenyi en los años 20 y quedó tan impresionado por la belleza del lugar que decidió entrenar en las piscinas del complejo.
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