Basilica Mauriziana
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La Basílica Mauriziana de Turín, oficialmente dedicada a los Santos Mauricio y Lázaro, es una de las iglesias más fascinantes de la ciudad, tanto por su historia como por el valor artístico que representa. Ubicada en Via Milano, la basílica fue construida entre 1679 y 1699 según el diseño de Antonio Bettino para la Cofradía de la Santa Cruz. La estructura fue luego donada a la Orden de los Santos Mauricio y Lázaro en 1729, de la cual toma su nombre.
La fachada de la basílica, realizada en 1830 por Carlo Bernardo Mosca, es un ejemplo de estilo neoclásico, adornada con las estatuas de los santos Mauricio y Lázaro, obras de Giovanni Albertoni y Silvestro Simonetta. Esta imponente fachada representa una entrada majestuosa que da paso a un interior igualmente fascinante y rico en historia.El interior de la Basílica Mauriziana tiene planta de cruz griega y conserva decoraciones que datan del siglo XIX. Entre los elementos más significativos se encuentran las estatuas de madera ubicadas en el altar mayor, realizadas por Giovanni Battista Feroggio en 1775. En particular, en la sacristía se guarda una singular “máquina procesional” de cartón piedra que representa la Resurrección, diseñada por Francesco Ladatte y realizada por Domenico Plura. Esta máquina se utiliza aún hoy durante las procesiones de Pascua, convirtiendo el lugar no solo en un espacio de oración, sino también en un lugar de fuerte tradición popular.Otro elemento destacado es el ciclo de frescos del siglo XIX de Paolo Emilio Morgari y Francesco Gonin, que decoraban la bóveda de la cúpula. Desafortunadamente, muchos de estos frescos resultaron dañados durante los bombardeos del 13 de julio de 1943, que afectaron gravemente la zona circundante. A pesar de ello, la basílica ha mantenido intacto su encanto y su valor histórico.A lo largo del tiempo, la basílica ha sido objeto de varios trabajos de restauración. A partir de 2001, se iniciaron trabajos de recuperación arquitectónica y la creación de un nuevo recorrido museístico en la cripta subyacente. Estas intervenciones han permitido preservar y valorar el patrimonio artístico y cultural de la basílica, convirtiéndola en un lugar de visita no solo para los fieles, sino también para los turistas y los amantes del arte y la historia.Una anécdota interesante relacionada con la Basílica Mauriziana es su conexión con la Orden de los Santos Mauricio y Lázaro, una antigua orden de caballería fundada por Manuel Filiberto de Saboya en 1572. Esta orden tenía como misión principal el cuidado de los enfermos y necesitados, y la basílica servía como lugar de culto y reunión para los miembros de la orden. Esta histórica conexión añade un nivel adicional de significado a la basílica, destacando su papel no solo como lugar de culto, sino también de servicio y caridad.La Basílica Mauriziana está ubicada en una zona céntrica de Turín, cerca de Porta Palazzo, uno de los mercados al aire libre más grandes de Europa. Esto hace que la basílica sea fácilmente accesible y bien comunicada, atrayendo a numerosos visitantes cada año. Su ubicación estratégica, junto con su riqueza artística e histórica, la convierte en una parada obligada para cualquiera que desee explorar el patrimonio cultural de Turín.
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