Café Mulassano

El Café Mulassano, ubicado en Piazza Castello 15 en Turín, es uno de los cafés históricos más icónicos de la ciudad, conocido por su rica historia y por el papel que ha desempeñado en la vida social y cultural turinesa. Fundado en la segunda mitad del siglo XIX por Amilcare Mulassano, el local comenzó como licorería en Via Nizza y fue trasladado a su ubicación actual en 1907. La mudanza coincidió con la transformación del local en café, bajo la dirección del ingeniero Antonio Vandone, quien diseñó el elegante interior en estilo Liberty, caracterizado por mármoles preciosos, bronces dorados y un techo de casetones. En 1925, el café pasó a manos de Angela y Onorino Nebiolo, dos migrantes turineses que regresaron a su tierra natal después de una estancia en Detroit. Los Nebiolo trajeron consigo dos innovaciones que cambiarían para siempre la gastronomía italiana: el tostado y el tramezzino. Estos dos platos simples se convirtieron rápidamente en clásicos, contribuyendo a consolidar la reputación del Mulassano como lugar de encuentro para artistas, intelectuales y políticos. Entre los clientes ilustres que frecuentaban el café se encontraban personalidades como el médico Achille Mario Dogliotti, los pintores Luigi Spazzapan e Italo Cremona, el director Mario Soldati y muchos otros. La historia del Café Mulassano está marcada por momentos de esplendor y períodos de dificultad. Durante la Segunda Guerra Mundial, el local experimentó un declive, pero fue devuelto a su antiguo esplendor en la década de 1970 gracias a una importante restauración conservadora impulsada por el nuevo propietario, Antonio Chessa. La restauración no solo preservó la integridad histórica del café, sino que también introdujo nuevas delicias gastronómicas, como los famosos bocadillos de langosta, que se convirtieron en una atracción para los turineses. Un elemento distintivo del Café Mulassano es su fachada con la linterna exterior, que señala la apertura del local, y el interior enriquecido con detalles originales como la fuente en el mostrador de bronce dorado, utilizada para ofrecer un vaso de agua filtrada junto con el café, siguiendo una tradición común en Turín y Nápoles. Otra curiosidad es el reloj loco, ubicado detrás del mostrador, que tiene una sola manecilla y se utiliza para determinar quién debe pagar la cuenta: el cliente que obtiene el número más alto paga por todos. El Café Mulassano no es solo un lugar de descanso, sino un verdadero símbolo cultural de Turín. A lo largo del siglo XX, el local ha sido elegido como escenario para películas y anuncios publicitarios, contribuyendo a mantener viva su imagen en la memoria colectiva. Entre las películas filmadas en el Mulassano se encuentran “Addio Giovinezza!” de Ferdinando Maria Poggioli y “Piccolo mondo antico” de Mario Soldati, así como el thriller “4 mosche di velluto grigio” de Dario Argento. Hoy en día, el Café Mulassano sigue siendo un punto de referencia para los turineses y los turistas, conservando intacto el encanto de antaño. Parte de la asociación Locali Storici d’Italia y de los Negozi e Locali Storici di Torino, el café representa una perfecta combinación de tradición y modernidad, un lugar donde se puede respirar la historia y disfrutar de un café en un ambiente elegante y refinado. Su ubicación estratégica en Piazza Castello, en el corazón del centro histórico de Turín, convierte al Café Mulassano en un lugar ideal para hacer una parada durante la visita a la ciudad. Su ambiente acogedor, junto con la calidad de sus ofertas gastronómicas, lo convierten en una parada obligada para aquellos que deseen sumergirse en la auténtica cultura turinesa.