Casa Buonarroti

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Casa Buonarroti, ubicada en la Via Ghibellina 70 en Florencia, es mucho más que un simple museo; representa un monumento a la vida y obra del genio renacentista Michelangelo Buonarroti. Este lugar cargado de historia ofrece una visión íntima y detallada de la vida del célebre artista, a través de las colecciones y la arquitectura del propio palacio. La casa no fue construida directamente por Michelangelo, sino por su nieto Leonardo entre 1546 y 1553. Posteriormente, el hijo de Leonardo, Michelangelo Buonarroti el Joven, amplió y restauró el edificio entre 1612 y 1635, convirtiéndolo en un tributo a la grandeza de su bisabuelo. Esta transformación incluyó la integración de dos proyectos originales de Michelangelo mismo, convirtiendo el edificio en un testimonio vivo de su genio arquitectónico. El palacio, organizado en tres pisos, está compuesto por varias propiedades preexistentes unidas entre sí. Michelangelo vivió brevemente allí antes de mudarse cerca de San Lorenzo durante los trabajos en la sacristía. Hoy en día, Casa Buonarroti conserva una impresionante colección de obras de arte, dibujos y modelos del artista, incluyendo algunos de sus primeros trabajos maestros como la “Madonna della Scala” y la “Batalla de los Centauros”. Estos relieves, esculpidos cuando Michelangelo tenía solo 17 años, muestran su extraordinario dominio de la anatomía y el movimiento. Uno de los aspectos más fascinantes de Casa Buonarroti es su extensa colección de dibujos de Michelangelo, la segunda más grande del mundo después de la de los Uffizi. Estos dibujos, muchos de los cuales fueron salvados de la destrucción gracias a la familia Buonarroti, ofrecen una mirada rara al proceso creativo del artista. Michelangelo, conocido por ser un “divino dibujante”, utilizaba el dibujo para resolver problemas compositivos y trabajar en ideas, como lo demuestran obras como el “Estudio para Cleopatra” y el “Estudio para la cabeza de Leda”. Además de las obras de Michelangelo, el museo alberga una colección de artefactos arqueológicos, cerámicas y obras de artistas que se inspiraron en él. Uno de los puntos destacados del museo es la Galería, creada entre 1613 y 1635, donde las paredes narran la vida de Michelangelo a través de una “biografía de imágenes” pintadas por los artistas más importantes de la época. Esta sala celebra no solo sus obras públicas y privadas, sino también sus virtudes. Una curiosidad interesante es la Via Michelangelo Buonarroti, anteriormente conocida como “Via dei Marmi Sudici”, un nombre que hace referencia a los bloques de mármol que yacían sin usar en la calle, destinados a los proyectos del artista. Además, anécdotas relacionadas con la vida de Michelangelo, como la del comentario de Lorenzo de’ Medici sobre la escultura del fauno, añaden un toque de humanidad a la figura del artista. Según la leyenda, Lorenzo encontró la escultura del joven Michelangelo demasiado perfecta y sugirió hacerla más realista; Michelangelo respondió a esta crítica rompiéndole un diente a la escultura. Con el paso del tiempo, la casa ha experimentado diversas vicisitudes. Filippo Buonarroti, presidente de la Academia Etrusca de Cortona y estudioso, enriqueció la colección con numerosos artefactos arqueológicos. Durante la ocupación austriaca en 1799, la propiedad fue confiscada, pero posteriormente devuelta a la familia en condiciones deplorables. Tras la muerte del último descendiente varón de la familia, Cosimo Buonarroti, en 1858, el palacio y sus colecciones fueron cedidos al estado italiano, convirtiéndose oficialmente en un museo.
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