Casa Lleó Morera
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La Casa Lleó Morera, una de las obras maestras de la arquitectura modernista catalana, se encuentra en el número 35 del Passeig de Gràcia en Barcelona. Diseñada por Lluís Domènech i Montaner y completada en 1905, la casa representa una armoniosa fusión de estilos arquitectónicos y decorativos, reflejando el gusto ecléctico e innovador de su comitente, Francesca Morera, y posteriormente de su hijo Albert Lleó i Morera.
La fachada de la Casa Lleó Morera es una explosión de detalles ornamentales que mezclan elementos neogóticos y modernistas. Realizada en piedra tallada, está adornada con esculturas florales y animales, figuras mitológicas y motivos vegetales, que parecen crecer orgánicamente desde la estructura misma. Las columnas retorcidas de la planta baja y los mosaicos coloridos que decoran las ventanas son obras de los artesanos Lluís Bru i Salelles y Mario Maragliano, quienes contribuyeron a crear un efecto visual extraordinario.
En el interior, la casa sigue sorprendiendo con sus detalles refinados. Los muebles, diseñados en su mayoría por Gaspar Homar, son un ejemplo de artesanía de alta calidad, con muebles incrustados y decorados con motivos naturalistas. Los vitrales, realizados por el maestro vidriero Antoni Rigalt, filtran la luz creando juegos de colores que iluminan los espacios con un aura mágica. Las lámparas de Antoni Serra y los techos con casetones tallados completan la atmósfera elegante y sofisticada de la casa.
Uno de los elementos más icónicos del interior es el gran salón, que funcionaba como sala de recepción para los invitados. Aquí, los suelos de mosaico de Nolla y los paneles de madera incrustada se combinan para crear un ambiente lujoso y acogedor. Las decoraciones de yeso, las esculturas de Eusebi Arnau y las cerámicas de Alfons Juyol enriquecen aún más los interiores, convirtiendo cada habitación en una obra de arte en sí misma.
La historia de la Casa Lleó Morera está estrechamente ligada a la familia Lleó i Morera, que la utilizó como residencia hasta la década de 1940. La casa fue encargada por Francesca Morera, quien desafortunadamente falleció antes de que se completaran las obras. Su hijo Albert Lleó i Morera heredó la propiedad y decidió continuar con el proyecto, confiando en la visión artística de Domènech i Montaner. La casa lleva el nombre de Lleó, el león, símbolo de la familia, y Morera, la morera, que aparece en numerosos detalles decorativos como símbolo de renacimiento y prosperidad.
Desde el punto de vista artístico, la Casa Lleó Morera es una obra maestra del modernismo catalán, un estilo que combinaba el uso de nuevas tecnologías y materiales con un profundo respeto por la artesanía tradicional. Domènech i Montaner, uno de los principales exponentes de este movimiento, supo integrar elementos arquitectónicos clásicos con innovaciones estructurales y decorativas, creando un edificio que es a la vez moderno y arraigado en la tradición. Uno de los anécdotas más interesantes es el restauración de la fachada, dañada durante la Guerra Civil Española. En la década de 1980, un cuidadoso trabajo de restauración devolvió el edificio a su antiguo esplendor, permitiendo a los visitantes apreciar nuevamente la maestría y la belleza de los detalles originales.
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