Domus Áurea
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Rione XIX - Celio
La Domus Aurea, o “Casa de Oro”, fue uno de los proyectos más ambiciosos y controvertidos del Emperador Nerón. Construida después del devastador incendio de Roma en el año 64 d.C., la Domus Aurea representa la cúspide de la opulencia y el lujo de la antigua Roma. Nerón decidió construir esta villa urbana, no tanto para vivir en ella, sino como una demostración de poder y magnificencia. La residencia cubría un área de aproximadamente 80 hectáreas, extendiéndose entre las colinas Palatino, Esquilino y Celio, incluyendo jardines, pabellones, un lago artificial e incluso bosques.
El proyecto de la Domus Aurea fue confiado a los arquitectos Celere y Severo, quienes crearon una serie de edificios y estructuras perfectamente integrados con el paisaje circundante. La villa era famosa por el uso abundante de oro, gemas y mármoles preciosos. Suetonio, uno de los historiadores de la época, describe la Domus Aurea como un lugar donde los comedores tenían techos de losas de marfil móviles, para permitir la caída de flores y perfumes sobre los invitados, y donde el agua marina fluía en los baños.
La entrada principal a la villa se realizaba a través de un imponente vestíbulo, dominado por una colosal estatua de Nerón de aproximadamente 35 metros de altura, que recordaba al Coloso de Rodas. Esta estatua, creada por el artista Zenodoro, se volvió tan icónica que el cercano Anfiteatro Flavio comenzó a ser conocido como Coliseo en su honor.
Nerón era conocido por su megalomanía y su deseo de sorprender e impresionar, y la Domus Aurea era la expresión más pura de esta ambición. Sin embargo, la construcción de la villa fue posible gracias al saqueo de los templos de Roma y las provincias, aumentando la hostilidad de los ciudadanos romanos hacia él. Este sentimiento de odio hacia la figura de Nerón y su Domus Aurea se reflejó en las obras de historiadores contemporáneos como Tácito y Suetonio, quienes subrayaron el desprecio del pueblo por tales excesos.
Después de la muerte de Nerón en el año 68 d.C., la Domus Aurea fue considerada un símbolo de tiranía y fue progresivamente demolida y enterrada por los sucesivos emperadores. Vespasiano drenó el lago artificial y comenzó la construcción del Coliseo en el sitio, como símbolo de un retorno a una arquitectura más popular y menos personal. Los baños de Tito y los baños de Trajano fueron construidos sobre las ruinas de la Domus, contribuyendo a su desaparición del paisaje visible de Roma.
A pesar de su breve existencia, la Domus Aurea influyó profundamente en la arquitectura romana y renacentista. Su redescubrimiento en el siglo XV, cuando algunos artistas cayeron accidentalmente en una de sus habitaciones subterráneas, llevó a la difusión del estilo “grottesco” en el Renacimiento. Artistas como Rafael y Miguel Ángel descendieron a las habitaciones de la Domus para estudiar los frescos, y las decoraciones que vieron allí inspiraron muchas de sus obras posteriores.
En los últimos años, la Domus Aurea ha sido objeto de intensos trabajos de restauración, que han permitido recuperar y preservar muchas de sus estructuras y decoraciones originales. Las visitas guiadas al sitio permiten admirar los frescos y los espacios subterráneos, ofreciendo un fascinante viaje en el tiempo a través de uno de los lugares más extraordinarios de la antigua Roma.
Uno de los episodios más conocidos relacionados con la Domus Aurea es el banquete ofrecido por Nerón al rey armenio Tiridates I. Después de una fastuosa ceremonia de coronación en el Foro Romano, Tiridates fue invitado a la Domus Aurea, donde fue recibido con un lujoso banquete que incluía espectáculos y celebraciones. Este evento, descrito por Casio Dionisio, destaca el uso de la villa como escenario para la propaganda imperial y para impresionar a los visitantes extranjeros.
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