Faro de Baily

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El Faro de Baily, ubicado en el fascinante Howth Head, en las afueras del noreste de Dublín, es un importante testimonio de la historia marítima irlandesa. Este faro, que se alza sobre un acantilado escarpado con vistas panorámicas a la bahía de Dublín, es un ejemplo extraordinario de cómo la ingeniería y la naturaleza pueden fusionarse para crear un símbolo de seguridad y belleza. La historia del Faro de Baily se remonta a 1667, cuando Sir Robert Reading construyó el primer faro en el sitio, una modesta cabaña con una torre cuadrada coronada por un brasero de carbón. Este primer faro, inicialmente alimentado con turba y luego con carbón, fue el punto de partida para lo que se convertiría en uno de los faros más icónicos de Irlanda. El brasero era visible desde lejos, pero las frecuentes nieblas de la zona limitaban su eficacia. En 1790, Thomas Rogers, un renombrado ingeniero e inspector de faros, realizó mejoras significativas en el faro, instalando seis lámparas de aceite de Argand, cada una con un reflector parabólico de cobre plateado. Este sistema de iluminación, innovador para la época, mejoró considerablemente la visibilidad del faro. Sin embargo, la ubicación elevada del faro a menudo lo hacía vulnerable a las densas nieblas, reduciendo su eficacia. Para resolver este problema, en 1811 la Corporation for Preserving and Improving the Port of Dublin recomendó trasladar el faro a una posición más baja, en una prominencia conocida como Little Baily o Duncriffan Point. El nuevo faro, diseñado por George Halpin Senior y completado en 1814, fue construido en granito cortado y pintado de blanco, aunque en 1910 se restauró al color natural del granito. Este faro, situado a 41 metros sobre el nivel de marea alta, utilizaba una luz fija blanca catódica compuesta por veinticuatro lámparas de aceite de Argand y reflectores. A lo largo de los años, el Faro de Baily ha experimentado numerosas innovaciones tecnológicas. Una de las más significativas fue la introducción de la iluminación de gas por parte de John Wigham en 1865. Wigham reemplazó las lámparas de aceite con anillos concéntricos de chorros de gas, creando una luz mucho más potente. En 1872, la potencia luminosa del faro se aumentó a 9.000 candelas, y posteriormente, en 1901, alcanzó 1.000.000 de candelas, haciendo que el haz de luz fuera visible hasta 27 millas náuticas. El faro también tiene una historia rica en tragedias marítimas. Una de las más conocidas ocurrió el 3 de agosto de 1846, cuando el vapor de ruedas Prince de la City of Dublin Steam Packet Company chocó contra los acantilados cerca del faro debido a la niebla. Afortunadamente, no hubo víctimas, pero este incidente destacó la necesidad de mejorar las señales de niebla. Como resultado, se instaló una campana de niebla, que en 1871 fue reemplazada por una sirena de aire comprimido y, en 1926, por un diáfono de tipo G. Hoy en día, el Faro de Baily está completamente automatizado y sigue desempeñando un papel crucial en la seguridad marítima. A pesar de la modernización, el faro conserva muchas de sus características históricas, lo que lo convierte en un lugar fascinante para visitar. Su torre de granito y las impresionantes vistas de la bahía de Dublín atraen a visitantes de todo el mundo, que pueden apreciar tanto la belleza natural del lugar como la importancia histórica del faro.
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