Iglesia de la Concepción Real de Calatrava

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La Iglesia de la Concepción Real de Calatrava, ubicada en el corazón de Madrid, es un testimonio vivo de la arquitectura barroca española y del fervor religioso que ha caracterizado la historia de la ciudad. Este lugar de culto, popularmente conocido como la Iglesia de las Calatravas, es la única parte que queda del antiguo Monasterio Real de la Concepción, un convento de monjas Comendadoras de la Orden de Calatrava. El convento y la iglesia fueron fundados en 1623, cuando las monjas se trasladaron a Madrid desde Almonacid de Zorita, en Guadalajara, por invitación del rey Felipe IV. La arquitectura de la iglesia se atribuye a Fray Lorenzo de San Nicolás, un monje arquitecto de la Orden de los Carmelitas Descalzos, que diseñó el edificio entre 1670 y 1678. Sin embargo, la construcción real fue supervisada y completada por los maestros de obra Isidro Martínez y Gregorio Garrote. La fachada de la iglesia es un ejemplo extraordinario del estilo neobarroco madrileño. Originalmente, el exterior era bastante sobrio y reflejaba la influencia de los modelos escurialenses. Durante el siglo XIX, bajo la dirección del arquitecto Juan de Madrazo y Kuntz, la fachada fue transformada radicalmente. Esta transformación, impulsada por el rey consorte Francisco de Asís, introdujo decoraciones neorrenacentistas, como pilares decorativos, un gran rosetón y una coloración en terracota roja que le confiere a la iglesia un aspecto distintivo y romántico. Este cambio tenía como objetivo hacer que la iglesia fuera más visible y reconocible en la animada Calle de Alcalá, donde se encuentra. En el interior, la iglesia conserva uno de los ejemplos más importantes de retablo barroco de Madrid, obra de José Benito de Churriguera, realizado entre 1720 y 1724. Este altar mayor está adornado con esculturas de Pablo González Velázquez y es un tesoro del arte religioso español. La estructura de la iglesia, con su planta de cruz latina y su majestuoso transepto, es un ejemplo perfecto de la tipología conventual del barroco español, caracterizada por un equilibrio entre sobriedad y decoración elaborada. La iglesia ha pasado por numerosas vicisitudes históricas. Durante la Gloriosa Revolución de 1868, el convento fue demolido, dejando solo la iglesia intacta. Durante la Guerra Civil Española, afortunadamente la iglesia no sufrió daños graves y logró mantener gran parte de su rico patrimonio artístico. Sin embargo, la falta de mantenimiento a lo largo del siglo XX llevó al edificio a un grave estado de deterioro. A principios del siglo XXI, la iglesia se benefició de un importante programa de restauración promovido por la Orden Militar de Calatrava. Esta intervención abarcó tanto el exterior como el interior del edificio, permitiendo recuperar su belleza original. Los techos fueron renovados, las fachadas limpiadas y el revestimiento original restaurado. Hoy en día, la iglesia es una de las principales atracciones religiosas y turísticas de Madrid, abierta a visitas fuera de los horarios de las celebraciones litúrgicas.
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