Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis

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La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis, ubicada en el centro de Madrid, es un monumento histórico y religioso que refleja siglos de historia y transformaciones. Fundada como parte del Convento de San Dámaso y San Antón de los Carmelitas Descalzos, su historia comienza en el siglo XVI, precisamente en 1573, bajo el patrocinio de Felipe II y su fiel Jacobo Trenci, conocido como el Caballero de Gracia. La construcción de la iglesia, iniciada en 1611, fue encargada al arquitecto Miguel de Soria. La iglesia es un excelente ejemplo de arquitectura barroca madrileña. Su fachada, con elementos decorativos elaborados, refleja la influencia del estilo post-escurialense, caracterizado por la simplicidad y austeridad de las líneas. En su interior, la iglesia presenta una planta de cruz latina, con una gran nave central, un amplio crucero y una imponente cúpula sobre el crucero. Las capillas laterales, accesibles a través de arcos de medio punto, están cerradas por magníficas rejas de hierro forjado del siglo XVII. Uno de los elementos más destacados de la iglesia es el retablo mayor, de estilo clasicista, que data del siglo XVIII. Este imponente altar está enmarcado por grandes columnas neoclásicas y alberga una escultura de la Virgen del Carmen, realizada por Juan Sánchez Barba en el siglo XVII. Sobre el retablo, se encuentra una valiosa pintura de la Santísima Trinidad, obra del pintor madrileño Antonio de Pereda. A lo largo de los siglos, la iglesia ha experimentado numerosos eventos significativos. Durante la invasión napoleónica a principios del siglo XIX, el convento fue saqueado y los monjes fueron exiliados. Con la Desamortización de Mendizábal en 1836, el convento fue cerrado y convertido en una parroquia. En 1910, la iglesia también fue dedicada a San Luis Obispo, uniendo dos devociones bajo un mismo techo. La Guerra Civil Española representó un período oscuro para la iglesia. En marzo de 1936, el templo fue profanado y muchas de sus valiosas obras de arte fueron destruidas. Sin embargo, la estatua de la Virgen del Carmen, colocada en lo alto, fue salvada. Después de la guerra, la iglesia fue sometida a una importante obra de restauración para devolverle su belleza original. El interior de la iglesia está enriquecido con numerosas obras de arte. Además del retablo mayor, hay otras capillas con retablos atribuidos a Sebastián de Benavente, que albergan esculturas y pinturas de gran valor. Entre ellas, destacan las imágenes de San Juan Nepomuceno y San Simón Stock, del siglo XVIII, y una estatua moderna de la Virgen del Carmen realizada por el artista Francisco Palma Burgos en el siglo XX. Un dato interesante es la relación de la iglesia con la Hermandad de los Gitanos. Desde 2010, la iglesia alberga esta cofradía, que celebra allí sus devociones y procesiones, enriqueciendo aún más la vida religiosa y cultural del templo.
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