Iglesia de Saint-Sulpice

Europa,
Francia,
citta, París,
VI arrondissement
La iglesia de Saint-Sulpice, ubicada en el corazón del barrio de Saint-Germain-des-Prés en París, es una de las iglesias más grandes y fascinantes de la ciudad, conocida por su imponente arquitectura barroca y por las obras de arte que alberga. Su construcción comenzó en 1646 y se completó solo en 1870, un período que abarca diferentes épocas y estilos arquitectónicos, convirtiendo a la iglesia en un verdadero mosaico histórico y artístico. La historia de la iglesia de Saint-Sulpice está estrechamente ligada al crecimiento del barrio de Saint-Germain-des-Prés. La iglesia anterior, que data del siglo XIII, resultó insuficiente para la creciente población, por lo que se decidió construir un nuevo edificio más grande. El proyecto inicial fue encargado a Christophe Gamard, pero luego fue continuado por arquitectos como Louis Le Vau y Giovanni Servandoni, cada uno de los cuales contribuyó con su propio estilo y visión. Una de las características más distintivas de Saint-Sulpice es su monumental fachada de doble orden, diseñada por Giovanni Servandoni. La fachada, con sus columnas corintias e iónicas, refleja la influencia de la arquitectura clásica y barroca. Las dos torres gemelas, que debían tener la misma altura, se completaron en épocas diferentes, y solo una de ellas alcanzó la altura prevista. Este detalle le confiere a la fachada un aspecto asimétrico que se ha convertido en una de las características distintivas de la iglesia. El interior de la iglesia es igualmente impresionante, con una nave larga y luminosa, flanqueada por capillas lateralmente ricamente decoradas. Uno de los puntos focales del interior es el gran órgano de tubos, uno de los más famosos e importantes de París. Construido por Aristide Cavaillé-Coll, el órgano de Saint-Sulpice es conocido por su extraordinaria calidad sonora y su mecanismo innovador. Este instrumento ha atraído a algunos de los más grandes organistas del mundo, contribuyendo a consolidar la reputación de la iglesia como centro musical de excelencia. Otro elemento de gran interés es el gnomon de Saint-Sulpice, un antiguo instrumento astronómico construido en el siglo XVIII para determinar la fecha exacta del equinoccio de primavera. El gnomon está compuesto por una línea de latón incrustada en el suelo de la nave, que se extiende hacia un obelisco de mármol. Durante el solsticio de invierno, el sol proyecta un rayo de luz a través de una pequeña ventana en la pared sur, iluminando la línea de latón y el obelisco. Este dispositivo no solo servía para fines científicos, sino que también destacaba la importancia de la iglesia como centro de conocimiento y saber. Saint-Sulpice también alberga una serie de obras de arte de gran valor. Entre ellas, las tres grandes pinturas murales de Eugène Delacroix en la Capilla de los Ángeles son algunas de las más famosas. Estos frescos, que representan la lucha de Jacob con el ángel, San Miguel derrotando al dragón y el ángel expulsando a Heliodoro del templo, son considerados obras maestras del arte romántico francés. La iglesia también ha sido escenario de numerosos eventos históricos. Durante la Revolución Francesa, Saint-Sulpice fue transformada en un Templo de la Victoria y sufrió daños significativos. Fue restaurada en el siglo XIX y desde entonces ha seguido siendo un lugar de culto importante y un punto de referencia para la comunidad parisina. Un dato interesante sobre la iglesia de Saint-Sulpice es su mención en el bestseller internacional “El Código Da Vinci” de Dan Brown. En la novela, Saint-Sulpice se describe como un lugar clave en la búsqueda del Santo Grial. Aunque muchos de los detalles del libro han sido novelados, la notoriedad de la novela ha atraído a un gran número de turistas y curiosos a la iglesia, ansiosos por ver los lugares descritos en el libro. Desde el punto de vista político y social, Saint-Sulpice siempre ha desempeñado un papel importante en la vida parisina. Su ubicación central en el barrio de Saint-Germain-des-Prés la ha convertido en un punto de encuentro para intelectuales, artistas y políticos. La iglesia ha sido el escenario de importantes ceremonias, como bodas y funerales de figuras destacadas. Por ejemplo, el funeral del célebre escritor Víctor Hugo en 1885 atrajo a una multitud inmensa, demostrando la importancia de Saint-Sulpice como lugar de conmemoración pública.
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