Iglesia de San Antonio
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La Iglesia de San Antón, ubicada en el animado barrio de Chueca en Madrid, es un notable ejemplo de arquitectura barroca, enriquecida por una historia rica y compleja que refleja las transformaciones culturales y sociales de la ciudad. Originalmente construida como parte de las Escuelas Pías, la iglesia fue fundada en el siglo XVIII y diseñada por el arquitecto Pedro de Ribera. La iglesia, también conocida como Real Iglesia de San Antón o Real Iglesia de las Escuelas Pías de San Antón, es un monumento que ha resistido numerosos cambios a lo largo de los siglos.
La arquitectura de la iglesia es un ejemplo distintivo del barroco madrileño, caracterizado por decoraciones elaboradas y un estilo visualmente rico. La fachada principal, que da a la estrecha Calle de Hortaleza, está dividida en tres entradas, siendo la central más amplia que las otras dos. Las puertas laterales muestran los escudos de las órdenes antonianas y escolapias, órdenes que han tenido la gestión del templo. La fachada está coronada por dos torres asimétricas, una de las cuales alberga un antiguo reloj.
En el interior, la iglesia conserva numerosas obras de arte de gran valor. Entre ellas, una copia fiel del cuadro “La última comunión de San José de Calasanz” de Francisco de Goya, cuyo original se encuentra en el Museo Calasancio de Madrid. Además, el órgano de 1824 y uno de los relojes más antiguos de Madrid son algunos de los tesoros que enriquecen el interior del templo. La iglesia también alberga las reliquias de San Valentín, el santo patrón de los enamorados, cuyos huesos fueron donados por el Papa Carlos IV a finales del siglo XVIII.
Un anécdota particularmente fascinante se refiere a las celebraciones del 17 de enero, día de San Antonio Abad, patrón de los animales. En esta ocasión, la iglesia se convierte en el centro de las festividades donde los residentes llevan a sus mascotas para recibir la bendición del santo, una tradición que se remonta al siglo XVIII y que sigue siendo muy apreciada por los madrileños.
Durante la época napoleónica, la iglesia y las escuelas fueron confiscadas y cerradas, para luego reabrir como parroquia de San Ildefonso en 1814. En las primeras décadas del siglo XIX, el edificio sufrió significativas modificaciones bajo la dirección del arquitecto Francisco de Rivas, quien redujo el carácter barroco original para darle un aspecto más neoclásico. Esta transformación era necesaria para adaptar la iglesia y el colegio a un uso más moderno, reflejando los cambios arquitectónicos y estilísticos de la época.
Una nueva etapa en la historia de la iglesia comenzó en 2015, cuando fue confiada a la fundación Mensajeros de la Paz, liderada por el Padre Ángel García Rodríguez. Desde entonces, la iglesia se ha convertido en un refugio abierto las 24 horas del día para los más necesitados, transformándose en un verdadero “hospital de campaña”, como cariñosamente lo describe el Papa Francisco.
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