Iglesia de San Tomás

Europa,
Italia,
citta, Torino,
Centro
La Iglesia de San Tomás en Turín es un importante testimonio de la historia y la arquitectura religiosa de la ciudad. Ubicada en la calle Pietro Micca, la iglesia tiene orígenes medievales y ha sido objeto de numerosas intervenciones de restauración y reconstrucción a lo largo de los siglos, que han modificado y enriquecido su apariencia. La fundación de la iglesia se remonta a 1250, por obra de los monjes agustinos, quienes construyeron un edificio de estilo gótico. Sin embargo, la estructura original fue casi completamente reemplazada durante los trabajos de renovación llevados a cabo en el siglo XVII, cuando la iglesia fue reconstruida en estilo barroco, dándole su aspecto actual. Esta reconstrucción fue encargada por la Compañía de San Pablo, una antigua cofradía turinesa, que quería darle nuevo esplendor al edificio. La fachada de la iglesia, sencilla pero elegante, se caracteriza por un portal central coronado por un frontón y una serie de ventanas rectangulares. El interior, por otro lado, sorprende por la riqueza de las decoraciones y las obras de arte. La planta de la iglesia es de cruz latina, con una nave única y capillas laterales, cada una de las cuales alberga altares y pinturas de gran valor artístico. Entre las obras más significativas presentes en la iglesia se encuentra el altar mayor, realizado en mármol y decorado con un tabernáculo dorado. El altar está coronado por un cuadro que representa a San Tomás de Aquino, obra de un artista local del siglo XVII. Esta pintura celebra al santo patrón de la iglesia, conocido por su profundidad teológica y filosófica, y representa uno de los puntos focales del edificio. Las capillas laterales están enriquecidas con numerosas pinturas y esculturas. De particular interés es la capilla dedicada a San José, que alberga una estatua del santo realizada por Carlo Giuseppe Plura en el siglo XVIII. Esta estatua, de excelente factura, representa a San José con el Niño Jesús en brazos, en un gesto de protección y afecto. Otro elemento de gran valor artístico es el ciclo de frescos que decora la bóveda de la nave. Estos frescos, obra de varios artistas locales, representan escenas de la vida de San Tomás de Aquino y otros santos agustinos. El hábil uso del color y la luz confiere a las escenas una vivacidad y profundidad que capturan la atención de los visitantes. Un dato interesante es la presencia de una reliquia de San Tomás de Aquino, conservada en un relicario de plata junto al altar mayor. Esta reliquia, un fragmento óseo del santo, es objeto de gran devoción por parte de los fieles, que acuden en peregrinación para pedir intercesiones y gracias. A lo largo de los siglos, la iglesia ha sido objeto de varios trabajos de restauración, necesarios para preservar su integridad y belleza. Entre las restauraciones más recientes se encuentra la del campanario, que data del siglo XX. Esta intervención ha permitido consolidar la estructura y restaurar la celda campanaria, desde donde se puede disfrutar de una espléndida vista panorámica de la ciudad.
Leer más