Iglesia de San Tomás de Canterbury

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La Iglesia de San Tomás de Canterbury, ubicada cerca del centro histórico de Verona, es un fascinante ejemplo de arquitectura religiosa que entrelaza elementos románicos y góticos. Dedicada a San Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, la iglesia tiene una historia rica y compleja que refleja las vicisitudes políticas y sociales de la ciudad. La iglesia actual fue construida por los carmelitas en el siglo XV, pero sus orígenes se remontan mucho antes. En el lugar donde se encuentra el edificio actual, existían dos iglesias anteriores: una dedicada a San Tomás Becket, consagrada en 1316, y otra a la Virgen Anunciada, consagrada en 1351. Estas dos iglesias fueron integradas y reemplazadas por la estructura actual, que se completó con el tiempo, manteniendo rastros de las construcciones anteriores. Desde el punto de vista arquitectónico, la iglesia presenta una fachada inacabada pero sugestiva, decorada con un rosetón central y ventanales que reflejan la influencia gótica. El portal, proveniente de la iglesia de Santa María Mater Domini, fue trasladado a su posición actual en 1518, añadiendo otro elemento de interés histórico y artístico. El interior de la iglesia es igualmente fascinante, con una nave única y un suelo a cuadros blancos y rojos que conduce al presbiterio. El techo está revestido de madera, con vigas que le dan una sensación de calidez e intimidad al espacio. Ocho altares, enmarcados por arcos renacentistas, enriquecen aún más el ambiente, albergando obras de importantes artistas veroneses como Paolo Farinati, Francesco Torbido, Girolamo Dai Libri, Antonio Balestra y Alessandro Turchi. Uno de los elementos más destacados de la iglesia es el campanario románico, de sesenta metros de altura, que alberga un concierto de diez campanas. Estas campanas, fundidas por la empresa Cavadini en 1930, son conocidas por su precisión y melodía, y se tocan manualmente según la técnica veronesa de conciertos de campanas, un arte tradicional que le da un carácter único a la música sacra de la ciudad. La iglesia de San Tomás de Canterbury también es famosa por su órgano barroco, tocado por Wolfgang Amadeus Mozart en 1769 durante una visita a Verona. El joven compositor, entonces de trece años, grabó sus iniciales en la caja del instrumento, un detalle que añade un toque de encanto e historicidad al ya rico patrimonio de la iglesia. A lo largo de los siglos, la iglesia ha sufrido varias transformaciones y ha pasado por momentos difíciles. Durante la dominación napoleónica, se utilizó como hospital para las tropas francesas, y posteriormente, durante el período austriaco, el convento adyacente se convirtió en prisión militar. Solo después de la anexión del Véneto al Reino de Italia, en 1867, la iglesia volvió a ser un lugar de culto activo.
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