Iglesia del Gesù Nuovo
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La Iglesia del Gesù Nuovo, ubicada en la plaza homónima en el corazón de Nápoles, es uno de los ejemplos más fascinantes de arquitectura religiosa barroca en la ciudad. Originalmente un palacio renacentista de los Sanseverino, el edificio fue transformado en iglesia en 1584 por los Jesuitas, manteniendo la característica fachada almohadillada, única en su género.
El palacio fue construido en 1470 por Novello da San Lucano para el príncipe Roberto Sanseverino. La fachada original, con sus almohadillas en forma de diamante, presenta signos misteriosos que, según la leyenda, debían canalizar energías positivas. Con la confiscación de los bienes de los Sanseverino en 1552, el palacio pasó a los Jesuitas, quienes lo convirtieron en iglesia, manteniendo intacta la fachada.
La iglesia fue diseñada por Giuseppe Valeriano y Pietro Provedi, quienes remodelaron el interior en estilo barroco, reemplazando los fastuosos salones del palacio con una estructura de cruz griega con cúpula central. La construcción comenzó en 1584 y se completó en 1601, con la consagración de la iglesia dedicada a la Inmaculada Concepción.
El interior de la Iglesia del Gesù Nuovo es un derroche de mármoles policromados, frescos y estucos dorados. La nave central y las diez capillas laterales están enriquecidas con obras de arte de algunos de los artistas más importantes del barroco napolitano. Entre ellas destaca la obra maestra de Giovanni Lanfranco, quien pintó la cúpula con una representación del Paraíso en 1635. Desafortunadamente, el fresco original fue destruido por un terremoto en 1688 y reemplazado por una nueva decoración de Paolo De Matteis.
Las capillas laterales son un verdadero museo de arte barroco. La capilla de San Francisco Javier, diseñada por Cosimo Fanzago, está decorada con mármoles preciosos y alberga una estatua del santo realizada por el mismo Fanzago. La capilla de San Ignacio de Loyola está adornada con un altar de mármol policromado y pinturas que ilustran la vida del santo fundador de la Compañía de Jesús. La capilla de la Visitación alberga la urna con el cuerpo de San Giuseppe Moscati, médico y santo napolitano canonizado en 1987.
Una anécdota interesante es el terremoto de 1688 que destruyó la cúpula original. La reconstrucción fue encargada a Arcangelo Guglielmelli, quien diseñó una nueva cúpula más resistente. Sin embargo, en 1774 un nuevo derrumbe obligó a reemplazarla por una falsa cúpula pintada por Ignazio di Nardo, todavía visible hoy.
El portal de entrada, enriquecido con decoraciones barrocas en 1695, presenta dos columnas de granito rojo y un frontón partido con el escudo de la Compañía de Jesús, sostenido por dos ángeles de mármol. Este contraste entre la sobria fachada renacentista y la rica decoración barroca del portal hace que la iglesia sea un ejemplo único de fusión estilística.
La iglesia del Gesù Nuovo ha tenido una historia tumultuosa, reflejando los acontecimientos políticos y sociales de Nápoles. Durante la expulsión de los Jesuitas en 1767, la iglesia fue confiada a los Franciscanos, quienes la renombraron como Trinità Maggiore. Los Jesuitas regresaron en 1821, pero fueron nuevamente expulsados en 1848 y en 1860, hasta que en 1900 pudieron regresar definitivamente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la iglesia sufrió graves daños debido a los bombardeos. Una anécdota particular cuenta de una bomba que cayó en el techo de la nave central sin explotar, considerado por muchos un milagro. La bomba se exhibe hoy en la iglesia, junto a la nave derecha.
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