Isla de Burano

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La Isla de Burano, situada en la laguna de Venecia, es famosa por sus casas vivamente coloridas y por la tradición secular del encaje. Esta pequeña joya lagunar es un lugar de gran encanto, donde la historia, el arte y la cultura se entrelazan en un paisaje pintoresco y fascinante. La historia de Burano se remonta a la época romana, cuando los habitantes de la ciudad de Altino huyeron de las invasiones bárbaras encontrando refugio en las islas de la laguna. El nombre “Burano” proviene de “Porta Boreana”, la antigua puerta norte de Altino. Las primeras viviendas eran simples cabañas sobre pilotes, construidas con cañas entrelazadas y enlucidas con barro. Con el tiempo, estas estructuras rudimentarias fueron reemplazadas por edificios de ladrillo, muchos de los cuales todavía son visibles hoy en las coloridas calles de la isla.Una de las características más distintivas de Burano es el arcoíris de colores que decora sus casas. Según la tradición, los pescadores pintaban sus viviendas con colores vivos para reconocerlas fácilmente incluso en la densa niebla de la laguna. Hoy en día, esta costumbre se ha convertido en una regla: las casas deben ser repintadas cada dos años y cada una debe tener un color diferente a las vecinas, contribuyendo a crear un paisaje único y sugestivo.Burano también es famosa por la producción de encajes, un arte que ha hecho que la isla sea famosa en todo el mundo. El Museo del Encaje, ubicado en la Plaza Galuppi, exhibe magníficos ejemplos de esta tradición artesanal, desde creaciones antiguas hasta contemporáneas. Las encajeras de Burano, con sus manos hábiles y pacientes, crean intrincadas tramas de hilos que dan vida a verdaderas obras maestras. Esta tradición ha contribuido significativamente a la economía de la isla, convirtiendo a Burano en un importante centro de producción y comercio.La plaza principal de Burano, dedicada al compositor Baldassare Galuppi, es el corazón latente de la isla. Aquí se encuentran el Museo del Encaje, el ayuntamiento y una estatua dedicada a Galuppi, obra del escultor local Remigio Barbaro. En la plaza también se encuentra un antiguo pozo de piedra de Istria, que data del siglo XVI, y que es uno de los puntos de encuentro más característicos de la isla.Entre las atracciones de Burano no se puede dejar de mencionar la Iglesia de San Martino, con su campanario inclinado, una curiosidad arquitectónica que recuerda a la famosa Torre de Pisa. La iglesia también alberga obras de arte de gran valor, incluyendo una crucifixión atribuida a Tiepolo.La vida social de Burano está intrínsecamente ligada a su economía, históricamente basada en la pesca y la artesanía. Hoy en día, el turismo representa una fuente primaria de ingresos para los habitantes, que reciben con calidez a los visitantes curiosos por descubrir las bellezas de la isla. Las pequeñas tiendas artesanales, los restaurantes de pescado y las casas coloridas contribuyen a crear un ambiente acogedor y genuino.Otra peculiaridad de Burano es la Casa de Bepi, una de las viviendas más coloridas y fotografiadas de la isla. Pintada por Bepi Suà con una amplia gama de colores y motivos geométricos, esta casa se ha convertido en un símbolo de la originalidad y la vitalidad de Burano.Desde el punto de vista político, Burano siempre ha mantenido cierta autonomía dentro de la República de Venecia, aunque esté estrechamente ligada a Venecia por motivos administrativos y económicos. La gestión de los recursos naturales, como los canales y las áreas de pesca, ha sido fundamental para el sustento de la población local.
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