Jardín Boránico de Barcelona

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El Jardí Botànic de Barcelona, ubicado en el Parque de Montjuïc, es una joya de biodiversidad y arquitectura paisajística, diseñado para mostrar la variedad de plantas mediterráneas de todo el mundo. El jardín, inaugurado en 1999, fue concebido por un equipo interdisciplinario liderado por el arquitecto Carlos Ferrater, y cubre una superficie de 14 hectáreas. La idea detrás del jardín es representar las regiones del mundo con climas mediterráneos, incluyendo la cuenca mediterránea, el sur de Australia, el centro de Chile, California y Sudáfrica. La historia del Jardí Botànic tiene sus raíces en el siglo XIX, con la creación del primer jardín botánico de Barcelona en 1888. Sin embargo, el jardín actual, también conocido como “Nuevo Jardín Botánico”, se distingue por su organización moderna y científica. No debe confundirse con el Jardí Botànic Històric, fundado en 1930 y también ubicado en Montjuïc, en una zona de antiguas canteras, que fue reabierto en 2003 después de una renovación. Uno de los principales objetivos del Jardí Botànic de Barcelona es la conservación y documentación del patrimonio natural de Cataluña, promoviendo la cultura botánica y naturalista. La estructura cuenta con un banco de germoplasma, donde se conservan las semillas de especies de gran importancia científica y conservacionista. Esto permite preservar la biodiversidad y garantizar la supervivencia de especies amenazadas. El jardín ofrece una experiencia única en cada estación del año, con senderos que llevan a los visitantes a través de diferentes zonas climáticas y paisajes. Las vistas panorámicas incluyen el Delta del Llobregat, el Anillo Olímpico y la ciudad de Barcelona, además de la sierra de Collserola y el macizo de Garraf. La disposición de las plantas sigue criterios tanto geográficos como ecológicos, agrupando las especies según su origen y los paisajes naturales que forman. Un punto de interés particular es la colección de bonsáis de especies mediterráneas, que se exhibe de forma permanente. Además, el jardín alberga diversas actividades educativas y culturales dirigidas a un público de todas las edades. Estas incluyen talleres, visitas guiadas y programas específicos para niños, como la actividad “Motxilla per a Naturalistes”, que invita a los jóvenes exploradores a descubrir el jardín a través de materiales educativos y juegos interactivos. El diseño de Ferrater recibió el premio FAD de arquitectura en 2002, reconociendo la belleza e innovación del proyecto. Un elemento distintivo del jardín es su reloj analemático, una instalación que permite determinar la hora usando la sombra proyectada por el cuerpo humano. Este reloj, ubicado en la plaza de las zonas áridas, fue realizado en colaboración con la asociación Amics del Jardí Botànic de Barcelona y la Societat Gnomòmica de Catalunya.
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