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Le Panier
Le Panier es el barrio más antiguo de Marsella, un lugar que respira historia y tradición en cada esquina. Situado al norte del Vieux-Port, Le Panier es un laberinto de calles estrechas, escaleras empinadas y plazas escondidas, que cuentan las historias de una ciudad que ha visto pasar griegos, romanos, árabes, cruzados y navegantes de todas las épocas. Los orígenes de Le Panier se remontan al 600 a.C., cuando los griegos de Focea fundaron la colonia de Massalia, la que hoy conocemos como Marsella. Este antiguo barrio, que se desarrolló en un promontorio que domina el puerto, rápidamente se convirtió en el corazón palpitante de la ciudad, gracias a su posición estratégica y a su conformación natural que ofrecía protección y control sobre las rutas marítimas. Caminando por las calles de Le Panier, se tiene la impresión de hacer un viaje en el tiempo. Las casas con fachadas coloridas, a menudo adornadas con plantas y flores, conservan la arquitectura tradicional provenzal. Muchas de estas viviendas datan del siglo XVII y XVIII, épocas en las que Marsella era un próspero centro comercial y marítimo. Las calles estrechas y sinuosas son un legado del pasado, cuando estaban diseñadas para protegerse de los ataques de piratas y favorecer la circulación del aire durante los calurosos veranos mediterráneos. Uno de los lugares más emblemáticos de Le Panier es la Vieille Charité, un edificio monumental diseñado por el arquitecto Pierre Puget en el siglo XVII. Originalmente concebida como un hospicio para los pobres, hoy la Vieille Charité alberga museos y centros culturales, incluyendo el Museo de Arqueología Mediterránea y el Museo de Artes Africanas, Oceánicas y Amerindias. Su capilla barroca, con la característica cúpula elíptica, es una obra maestra de la arquitectura que merece una visita. Le Panier también es un barrio de gran vitalidad artística y cultural. Sus calles albergan numerosos talleres de artistas, galerías de arte y tiendas artesanales. Este fermento creativo se debe en parte a la presencia de comunidades de artistas que han encontrado en Le Panier un lugar ideal para vivir y trabajar. Eventos culturales, exposiciones y actuaciones se suceden durante todo el año, contribuyendo a mantener vivo el espíritu vibrante del barrio. Otro punto de interés es la Place des Moulins, una de las plazas más antiguas de Marsella, donde antiguamente se encontraban numerosos molinos de viento. Hoy en día, la plaza es un lugar tranquilo, rodeado de casas y árboles, que ofrece un refugio del bullicio de la ciudad. Aquí también se encuentra la Iglesia de San Lorenzo, otro ejemplo de arquitectura medieval que ha resistido el paso de los siglos. Le Panier es también un lugar de memoria histórica, marcado por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Durante la ocupación alemana, el barrio fue en gran parte evacuado y muchas casas fueron demolidas. La reconstrucción de la posguerra ha mantenido la huella histórica del barrio, preservando su identidad y su encanto antiguo. No se puede hablar de Le Panier sin mencionar su importancia social y política. El barrio siempre ha sido un crisol de culturas y tradiciones, gracias a su posición como puerto marítimo que ha atraído a personas de todas partes del mundo. Este crisol cultural se refleja en la diversidad de sus habitantes y en la riqueza de las tradiciones culinarias, artísticas y religiosas que animan el barrio. Le Panier es un símbolo de inclusividad y convivencia, donde las generaciones antiguas y nuevas, los residentes históricos y los recién llegados conviven en un equilibrio dinámico. Se dice que el barrio toma su nombre de una posada, “Le Logis du Panier”, que se encontraba en Rue du Panier, una de las calles principales del barrio. Esta posada era un punto de referencia para marineros y comerciantes que llegaban al puerto, y con el tiempo, el nombre se extendió a todo el barrio.
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