Lingote

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El Lingotto de Turín es uno de los testimonios más icónicos de la industria automotriz italiana y un ejemplo de cómo la arquitectura puede transformar un barrio urbano. Originalmente diseñado por el arquitecto Giacomo Mattè-Trucco e inaugurado en 1923 en presencia del rey Vittorio Emanuele III, el Lingotto fue concebido por Giovanni Agnelli como una moderna fábrica de automóviles, inspirada en las líneas de ensamblaje de Ford en Estados Unidos. Con sus 500 metros de longitud y un volumen de un millón de metros cúbicos, el Lingotto representaba un símbolo de progreso y modernidad. Durante su actividad como fábrica, el Lingotto se hizo famoso por su pista de pruebas en la azotea, un elemento distintivo que permitía probar los autos directamente después de la producción. Esta pista, una de las pocas en el mundo, también fue inmortalizada en la famosa película “The Italian Job” de 1969. La fábrica permaneció operativa hasta 1982, cuando la producción fue trasladada a Mirafiori, marcando el fin de una era industrial.En la década de 1980, el Lingotto corría el riesgo de convertirse en un monumento abandonado del pasado industrial, pero gracias a la intervención del arquitecto Renzo Piano, ganó un concurso en 1982 para transformar la estructura en un moderno centro multifuncional. El proyecto de Piano mantuvo prácticamente intacto el exterior del edificio, preservando su histórica imponencia, mientras que el interior fue completamente rediseñado para albergar un centro de exposiciones, un centro de convenciones, dos hoteles, oficinas y espacios comerciales.Uno de los aspectos más fascinantes del proyecto de Renzo Piano fue la capacidad de combinar elementos históricos con nuevas necesidades urbanas. Hoy en día, el Lingotto también incluye la Pinacoteca Agnelli, una galería de arte que alberga una colección de obras de arte pertenecientes a la familia Agnelli, incluyendo obras maestras de Canaletto, Matisse y Picasso. La presencia de la pinacoteca añade una importante dimensión cultural al complejo, convirtiéndolo en un centro de atracción no solo comercial, sino también artístico.La intervención de Renzo Piano no se limitó al edificio en sí, sino que rediseñó toda el área circundante. El proyecto incluyó la creación de nuevos espacios verdes y la integración del Lingotto en el tejido urbano a través de nuevas conexiones viales y peatonales, convirtiéndolo en un “condensador social” que conecta diferentes partes de la ciudad y fomenta la interacción comunitaria.
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