Los Inválidos
Europa,
Francia,
citta, París,
VII arrondissement
Los Inválidos, oficialmente conocido como Hôtel des Invalides, es uno de los complejos arquitectónicos más imponentes e históricamente significativos de París. Ubicado en el VII distrito, cerca del Sena, es un testimonio duradero de la grandeza militar francesa y del cuidado dedicado a los veteranos de guerra. Este monumento, deseado por Luis XIV, representa un capítulo importante de la historia francesa, uniendo arte, arquitectura, política y memoria.
La construcción de Les Invalides comenzó en 1671 por iniciativa de Luis XIV, el Rey Sol, quien deseaba crear una estructura para albergar y asistir a los soldados heridos y ancianos que habían servido a Francia. El arquitecto Jules Hardouin-Mansart, famoso por su trabajo en Versalles, fue encargado de diseñar el edificio. La inauguración tuvo lugar en 1676, pero los trabajos continuaron durante muchos años, culminando en la construcción de la magnífica iglesia del Domo, completada en 1706.
El Hôtel des Invalides está compuesto por una serie de edificios dispuestos alrededor de patios, incluido el Cour d’Honneur, el más grande y monumental. Este patio se utiliza a menudo para ceremonias militares y desfiles, reflejando la continua conexión entre Les Invalides y las fuerzas armadas francesas. Los soldados veteranos, llamados “invalides”, eran acogidos en esta estructura que les ofrecía no solo un alojamiento digno, sino también atención médica y actividades laborales.
La iglesia del Domo es la joya arquitectónica de Les Invalides. Con su cúpula dorada visible desde gran parte de París, representa uno de los ejemplos más extraordinarios del barroco francés. La iglesia fue inicialmente diseñada como capilla privada del rey y posteriormente se convirtió en la iglesia de los soldados. Hoy en día, la iglesia del Domo es famosa por albergar el mausoleo de Napoleón Bonaparte. Después de su muerte en el exilio en Santa Elena en 1821, sus restos fueron devueltos a Francia en 1840 y sepultados con gran pompa y ceremonia bajo la cúpula de Les Invalides. El sarcófago de Napoleón, esculpido en cuarcita roja, es una atracción que atrae a miles de visitantes cada año, fascinados por la figura legendaria del emperador francés.
Además de Napoleón, Les Invalides alberga las tumbas de otros ilustres personajes militares franceses, como el mariscal Ferdinand Foch, comandante supremo de las fuerzas aliadas durante la Primera Guerra Mundial, y el mariscal Philippe Leclerc de Hauteclocque, uno de los héroes de la Segunda Guerra Mundial.
Les Invalides no es solo un lugar de memoria, sino también un importante centro cultural y museístico. El complejo alberga el Musée de l’Armée, uno de los museos militares más ricos y completos del mundo. Fundado en 1905, el museo exhibe una amplia colección de armas, armaduras, uniformes, emblemas y pinturas que cuentan la historia militar de Francia desde la Edad Media hasta nuestros días. Entre las colecciones más impresionantes se encuentra la dedicada a las dos guerras mundiales, que ofrece una visión detallada y conmovedora de los conflictos que marcaron el siglo XX.
La historia política de Les Invalides es igualmente fascinante. Durante la Revolución Francesa, el complejo fue saqueado y las armas almacenadas se utilizaron para armar a la población parisina. También fue el punto de partida de la marcha hacia la Bastilla, un evento simbólico que marcó el inicio de la Revolución. A lo largo de los siglos, Les Invalides ha mantenido su papel como símbolo nacional, celebrando la gloria militar francesa y conmemorando los sacrificios de sus soldados.
El significado social de Les Invalides es profundo. Desde su fundación, el complejo ha representado un modelo de asistencia social para los veteranos de guerra, un lugar donde los soldados que ya no podían luchar encontraban refugio y respeto. Aún hoy, Les Invalides continúa albergando instalaciones médicas y de asistencia para militares, manteniendo viva la misión original deseada por Luis XIV.
Un dato interesante es la inauguración del monumento a Napoleón en 1840. El regreso de las cenizas del emperador fue un evento de enorme alcance simbólico y patriótico, orquestado con gran pompa por el rey Luis Felipe para legitimar su régimen y reconciliar a los franceses con su pasado imperial. La ceremonia, a la que asistieron miles de parisinos, marcó un momento de unidad nacional y de celebración de la figura de Napoleón.
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