Monasterio de San Francisco
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El complejo de la Iglesia y Monasterio de San Francisco en Split, situado en el lado occidental de la Riva, es uno de los sitios más significativos y ricos históricamente de la ciudad. Su fundación se remonta al siglo XIII, cuando los frailes franciscanos llegaron a la región y construyeron el monasterio sobre una iglesia paleocristiana del siglo V dedicada a San Félix, un mártir de la época de las persecuciones de Diocleciano.
La iglesia de San Francisco es un hermoso ejemplo de arquitectura gótica, caracterizada por arcos apuntados, bóvedas de crucería y magníficos rosetones de vidrio. El interior de la iglesia está adornado con obras de arte de notable valor, como un crucifijo gótico pintado por Blaž Jurjev de Trogir a principios del siglo XV. Además, la iglesia alberga numerosos antiguos sarcófagos y tumbas de ciudadanos ilustres de Split, como el famoso humanista Marko Marulić, considerado el padre de la literatura croata, y el compositor Ivan Lukačić.
El claustro del monasterio, añadido en el siglo XIV, es un lugar de paz y reflexión, con un hermoso patio rodeado de arcadas románicas. Este espacio ha sido durante siglos un refugio de serenidad para los monjes franciscanos, que han vivido, rezado y trabajado aquí. El claustro también alberga un pequeño museo que exhibe objetos relacionados con la historia del monasterio y la orden franciscana.
Otro elemento de gran interés es la biblioteca del monasterio, que contiene una valiosa colección de manuscritos, libros raros y documentos históricos. Entre ellos destaca el “Leccionario”, el primer libro impreso en croata utilizando el alfabeto latino en el siglo XV. La biblioteca es considerada una de las más antiguas e importantes de Croacia y está abierta a investigadores y académicos interesados en su rica colección.
El sitio en el que se encuentra el complejo tiene una larga historia que se remonta a los tiempos de la antigua Salona, la capital de la provincia romana de Dalmacia. La iglesia paleocristiana dedicada a San Félix, sobre la cual se construyó el monasterio, era un lugar de culto importante para los primeros cristianos de la región. Esta conexión con el pasado antiguo confiere al complejo una profundidad histórica que enriquece la experiencia de los visitantes.
A lo largo de los siglos, la Iglesia y el Monasterio de San Francisco han sufrido numerosas reconstrucciones y restauraciones, que han modificado su aspecto original pero también han permitido preservar su valor histórico y artístico. Durante la Segunda Guerra Mundial, el complejo sufrió graves daños, pero trabajos posteriores de restauración han devuelto el antiguo esplendor tanto a la iglesia como al monasterio.
Un dato interesante es el descubrimiento de una antigua inscripción latina durante uno de los trabajos de restauración. La inscripción, que data de la época romana, menciona al mártir San Félix y ofrece valiosa información sobre la historia paleocristiana de la región. Este hallazgo ha despertado gran interés en la comunidad arqueológica y ha enriquecido aún más el valor histórico del complejo.
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