Monasterio de Santa Clara
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La Basílica de Santa Clara, ubicada en el corazón de Nápoles, es un complejo monástico de extraordinaria importancia histórica y artística. Construida entre 1310 y 1330 por orden de Roberto de Anjou y su esposa Sancia de Mallorca, la basílica es un notable ejemplo de arquitectura gótica provenzal. El complejo incluye la iglesia, un monasterio con cuatro claustros monumentales, un área arqueológica y el Museo de la Obra de Santa Clara.
La imponente fachada gótica de la basílica, aunque reconstruida después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, mantiene su majestuosidad intacta. El portal de entrada, con su arco rebajado y la luneta sin decoraciones, es uno de los elementos arquitectónicos más significativos. En el interior, la iglesia tiene una nave única rectangular, de unos 130 metros de largo y 40 de ancho, con diez capillas a cada lado. Esta estructura, aunque simple, es imponente y refleja la espiritualidad austera de las Clarisas.
Uno de los aspectos más fascinantes de la Basílica de Santa Clara es el Claustro de la Cerámica. Diseñado por Domenico Antonio Vaccaro y decorado con cerámicas del siglo XVIII por los hermanos Massa, el claustro es una obra maestra de arte barroco. Las cerámicas, con sus colores vivos y motivos florales, crean una atmósfera única y serena, convirtiendo este espacio en uno de los más queridos por los visitantes.
La historia de la basílica está marcada por numerosos eventos significativos. En 1341, la iglesia fue consagrada a Santa Clara de Asís. Durante el siglo XVII, la basílica fue escenario de importantes eventos históricos, como la entrega del estandarte pontificio a don Juan de Austria antes de la batalla de Lepanto en 1571. Luego, la estructura fue renovada en estilo barroco entre 1742 y 1796, con contribuciones de artistas como Francesco de Mura y Sebastiano Conca.
Durante la Segunda Guerra Mundial, un bombardeo aliado en 1943 causó graves daños a la basílica, destruyendo gran parte de los frescos del siglo XVIII y de Giotto. Los trabajos de restauración posteriores se centraron en la restauración de la arquitectura medieval, omitiendo en gran medida las adiciones barrocas. La iglesia fue reabierta al público en 1953.
El monasterio de Santa Clara también alberga un importante área arqueológica, que incluye restos de la época romana. El Museo de la Obra de Santa Clara conserva numerosas obras de arte y objetos litúrgicos, incluyendo esculturas y frescos salvados de la basílica.
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