Monumento a Gregorio di Nino

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La estatua de Gregorio de Nin, ubicada en Split, es una de las obras más emblemáticas de la ciudad y un símbolo importante de la cultura croata. Gregorio de Nin, o Grgur Ninski, fue un obispo medieval conocido por su defensa del idioma croata y el uso del glagolítico en las liturgias cristianas. Su figura representa una batalla crucial por la identidad cultural y lingüística del pueblo croata. La estatua monumental de Gregorio de Nin es obra del escultor croata Ivan Meštrović, uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Meštrović, conocido por su estilo expresivo y monumental, creó esta estatua en 1929. Originalmente, la estatua estaba ubicada cerca del Palacio de Diocleciano, pero posteriormente fue trasladada cerca de la Puerta de Oro, donde hoy recibe a los visitantes con su imponente presencia. La estatua, de aproximadamente ocho metros de altura, representa a Gregorio de Nin de pie, con una mano levantada en un gesto de bendición y la otra sosteniendo un libro, símbolo de su lucha por la alfabetización y la educación religiosa en croata. La expresión severa y determinada en el rostro de Gregorio, esculpida con gran maestría, transmite su fuerza moral y su determinación en la defensa de la cultura y el idioma de su pueblo. Meštrović logró capturar la esencia del obispo, convirtiéndolo en un símbolo eterno de resistencia cultural y espiritual. Históricamente, Gregorio de Nin es recordado por su papel en el concilio de Split de 925, donde se opuso a la decisión de abolir el uso del glagolítico y del croata en las celebraciones litúrgicas a favor del latín. Esta batalla por mantener el idioma local en las funciones religiosas era crucial para preservar la identidad cultural croata en un momento en que la influencia extranjera intentaba imponer el latín como único idioma de la Iglesia. Aunque Gregorio no ganó esta batalla, su compromiso inspiró a generaciones posteriores a seguir luchando por el reconocimiento y la valoración del idioma croata. Desde el punto de vista artístico, la estatua de Gregorio de Nin es una obra maestra del expresionismo. Las líneas definidas y la fuerza dinámica de la escultura reflejan el estilo distintivo de Meštrović, quien logró combinar la intensidad emocional con la monumentalidad. La estatua está hecha de bronce, un material que le confiere durabilidad y un sentido de eternidad a la obra. Los detalles precisos, como los pliegues de la ropa y las expresiones faciales, muestran la habilidad técnica de Meštrović y su profundo respeto por el sujeto representado. La ubicación de la estatua cerca de la Puerta de Oro no es casual. Este lugar estratégico no solo ofrece un contexto histórico y arquitectónico significativo, sino que también subraya la importancia simbólica de la lucha de Gregorio de Nin. La Puerta de Oro, con sus orígenes romanos y su historia milenaria, representa la conexión entre el glorioso pasado y las aspiraciones culturales del presente.
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