Museo Jacquemart-André
Europa,
Francia,
citta, París,
VIII arrondissement
El Musée Jacquemart-André, ubicado en el 158 de Boulevard Haussmann, es una de las joyas escondidas de París, un lugar donde el arte y la historia se entrelazan en un elegante hôtel particulier de la Belle Époque. Este museo es el resultado de la pasión de Édouard André y Nélie Jacquemart, dos coleccionistas de arte que dedicaron su vida a reunir obras maestras de todo el mundo, especialmente de Italia.
Édouard André, heredero de una de las familias de banqueros protestantes más ricas de Francia, comenzó la construcción de su residencia en 1869, confiando el proyecto al arquitecto Henri Parent. La construcción del palacio, inspirado en modelos clásicos, duró hasta 1876 y se convirtió de inmediato en una de las maravillas arquitectónicas de París. El palacio se distingue por su fachada simétrica y por la imponente escalera de doble espiral, un homenaje a la Opéra Garnier.
En 1872, Édouard encargó un retrato a la joven pintora Nélie Jacquemart. Este encuentro marcó el inicio de una historia de amor y colaboración que llevaría a la creación de una de las colecciones de arte más refinadas de París. La pareja se casó en 1881 y comenzó a viajar por el mundo, adquiriendo obras de arte en Italia, en Oriente y en las principales casas de subastas europeas.
La colección del museo es extraordinariamente ecléctica, reflejando el gusto refinado y la curiosidad de sus fundadores. En el Grand Salon, los visitantes pueden admirar pinturas de artistas como Fragonard, Chardin y Greuze, además de preciosos muebles del siglo XVIII. El techo del Boudoir está decorado con un fresco de Tiepolo, “El triunfo de Hércules”, uno de los tres frescos del artista presentes en el museo.
Uno de los puntos destacados del museo es la Biblioteca, donde Édouard y Nélie planificaban sus futuras adquisiciones. Las paredes están adornadas con pinturas de maestros flamencos y holandeses del siglo XVII, incluyendo a Rembrandt, Van Dyck y Philippe de Champaigne. Entre las obras maestras destaca “La cena de Emaús” de Rembrandt, una obra que evoca el claroscuro de Caravaggio, creando una atmósfera de intensa dramaticidad.
El Jardín de Invierno y la Gran Escalera son otra muestra de la grandeza del palacio. El jardín, con su techo de cristal y plantas exóticas, era un lugar de encuentro para los invitados durante las veladas mundanas. La escalera, inspirada en la arquitectura veneciana, está adornada con un enorme fresco de Tiepolo que representa la llegada de Enrique III a la villa Contarini.
El museo es especialmente conocido por su colección de arte italiano del Renacimiento. La Galería Florentina alberga obras de Botticelli, como “La Madonna con el Niño”, y de Paolo Uccello, con su famoso “San Jorge y el dragón”. La Galería Veneciana, por otro lado, presenta pinturas de Bellini, Mantegna y Carpaccio, ofreciendo una visión única del arte veneciano.
Nélie Jacquemart continuó expandiendo la colección después de la muerte de Édouard en 1894, añadiendo piezas valiosas de sus viajes por Oriente. En 1912, donó el palacio y la colección al Institut de France, y al año siguiente el museo fue abierto al público por el presidente de la República francesa, Raymond Poincaré.
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