Museo Van Loon

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El Museum Van Loon, situado en el corazón del pintoresco Keizersgracht de Ámsterdam, es una ventana abierta a la vida opulenta de la nobleza holandesa entre los siglos XVII y XVIII. Este magnífico edificio, diseñado por el arquitecto Adriaen Dortsman en 1672, fue inicialmente habitado por el pintor Ferdinand Bol, alumno de Rembrandt, antes de pasar a la familia Van Loon en el siglo XIX. La casa es un perfecto ejemplo de la arquitectura de los canales de Ámsterdam, con su fachada de ladrillo, grandes ventanas y techo inclinado. La familia Van Loon, que vivió aquí desde 1884 hasta 1945, fue una de las familias más influyentes de Ámsterdam, con estrechos vínculos con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC). Willem van Loon, uno de los fundadores de la VOC en 1602, dio el nombre a la familia que jugaría un papel crucial en la historia económica y política de la ciudad. La casa, transformada en museo en 1973, ofrece hoy a los visitantes un viaje inmersivo a través de la riqueza y la cultura de la edad de oro holandesa. Al entrar en el Museum Van Loon, los visitantes son inmediatamente transportados al pasado. Las habitaciones del piso noble han sido meticulosamente restauradas y amuebladas para reflejar el gusto y el estilo de la familia Van Loon en el siglo XVIII. Los techos altos con estucos intrincados, los suelos de mármol, los paneles de madera brillante y las lámparas de araña relucientes adornan los espacios donde la familia solía recibir a la élite de Ámsterdam. La colección del museo es igualmente impresionante, con una amplia gama de artes decorativas y objetos de arte que testimonian el gusto refinado y las vastas redes comerciales de la familia. Entre las piezas más notables se encuentran una colección de retratos familiares realizados por artistas destacados como Adriaen van der Werff y Nicolaes Maes, muebles del siglo XVIII obra de célebres ebanistas como Matthijs Horrix y Jan van Mekeren, cerámicas de Delft, porcelanas chinas y platería alemana. Estos objetos, recogidos a lo largo de los siglos, cuentan la historia de una familia que no solo prosperó en el comercio, sino que también tuvo un papel significativo en la vida cultural de Ámsterdam. Uno de los elementos más fascinantes del museo es la casa de muñecas del siglo XVII, una miniatura meticulosamente amueblada que refleja con precisión los interiores de las casas de lujo de la época. Esta casa de muñecas, completa con muebles y accesorios en miniatura, ofrece una mirada única a la vida doméstica de la época y a la atención al detalle que caracterizaba las casas nobiliarias. No menos importante es el jardín del museo, un oasis de tranquilidad en el corazón de la ciudad. Diseñado al estilo francés con setos bien cuidados, topiarios y una fuente central, el jardín representa un perfecto ejemplo de cómo las familias nobles holandesas integraban espacios verdes en sus entornos urbanos. Durante los meses de verano, el jardín es un lugar ideal para disfrutar de un momento de paz o una bebida refrescante del café del museo. Un anécdota interesante se refiere a la restauración del jardín, que reveló elementos ocultos bajo capas de tierra y vegetación, incluidos antiguos senderos y diseños originales. Estas restauraciones han devuelto al jardín su esplendor original, ofreciendo a los visitantes una experiencia auténtica.
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