Palacio de Abrantes

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El Palacio de Abrantes, ubicado en el corazón de Madrid, específicamente en el número 86 de la Calle Mayor, es un ejemplo de arquitectura histórica que encierra siglos de historia y cultura española. Construido en el siglo XVII, este edificio ha experimentado numerosas transformaciones y ha albergado una variedad de instituciones y personajes ilustres a lo largo de su existencia. La construcción del palacio comenzó en 1653 por encargo de Juan de Valencia el Infante, un alto funcionario de la corte española. El proyecto fue encargado al arquitecto Juan Maza, quien diseñó un edificio imponente con dos torres angulares que le conferían al palacio un aspecto majestuoso y defensivo. Este estilo reflejaba la importancia y el prestigio de su propietario. El palacio luego pasó a diferentes propietarios, incluidos miembros de la nobleza como Antonio de Valdés y Osorio y el marqués de Alcañices. En 1842, el palacio fue adquirido por los duques de Abrantes, quienes encargaron una importante remodelación al arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel. Esta remodelación, completada entre 1844 y 1845, transformó el edificio agregando elementos arquitectónicos distintivos como nuevos balcones y una imponente puerta de entrada, que le dieron al palacio un aspecto más moderno y refinado. Esta restauración no solo mejoró la estética del palacio, sino que también lo hizo más funcional para las necesidades de la época. Durante el siglo XIX, el palacio albergó importantes instituciones. En 1874, se convirtió en la sede del periódico “La Correspondencia de España”, uno de los principales diarios de la época. Este papel como sede editorial continuó hasta 1888, cuando el edificio fue vendido al gobierno italiano. A partir de ese momento, el palacio sirvió como embajada italiana en Madrid hasta 1939. La historia del palacio no estuvo exenta de turbulencias. Durante la Guerra Civil Española, el Palacio de Abrantes fue utilizado por los contingentes italianos de las Brigadas Internacionales y sufrió algunos daños debido a los combates cerca del edificio. Después de la guerra, la embajada italiana fue trasladada al Palacio de los Marqueses de Amboage, y el Palacio de Abrantes se convirtió en la sede del Instituto Italiano de Cultura, un papel que aún mantiene hoy en día. El Instituto Italiano de Cultura utiliza el palacio para una variedad de actividades culturales, incluyendo exposiciones, conferencias, proyecciones cinematográficas y conciertos. El edificio en sí es un lugar de gran encanto, con interiores ricamente decorados y una magnífica escalinata central que culmina en un gran lucernario, permitiendo que la luz natural ilumine todo el espacio. Además, el edificio alberga una biblioteca y una cafetería, convirtiéndolo en un centro de vida cultural y social para la comunidad italiana e internacional en Madrid.
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