Palacio Farnesio
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citta, Roma,
Rione VII - Regola
El Palazzo Farnese, ubicado en el corazón de Roma, es uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura renacentista. Su construcción comenzó en 1517 por orden de Alessandro Farnese, quien luego se convertiría en el Papa Pablo III. El encargo fue otorgado a Antonio da Sangallo el Joven, pero después de su muerte en 1546, Miguel Ángel tomó las riendas del proyecto, realizando cambios significativos que marcarían para siempre la estética del palacio.
El palacio se distingue por su majestuosidad y por las influencias renacentistas visibles tanto en el interior como en el exterior. La fachada, de 29 metros de altura y 57 de longitud, está construida con ladrillos y travertino, materiales típicos de la arquitectura romana. Miguel Ángel contribuyó con el gran marco ornamental y con la ventana central, enmarcada por cuatro columnas. El marco presenta un lirio esculpido, símbolo de la familia Farnese.Al entrar en el palacio, se es recibido por un vestíbulo diseñado por Sangallo, inspirado en la antigüedad, con columnas de granito procedentes de las Termas de Caracalla. El patio interior, con tres naves separadas por columnas, conduce a la sala principal. El piso noble alberga algunas de las salas más famosas del palacio, como el Salón de Hércules, así llamado por la imponente estatua del dios Hércules que se exhibe allí. Las paredes de esta sala, que alcanza los 18 metros de altura, debían ser decoradas con frescos por los hermanos Carracci, pero permanecen desnudas, adornadas solo con bustos imperiales enmarcados por medallones.Otra sala de gran interés es la Galería Farnese, decorada con frescos por Annibale Carracci entre 1597 y 1604. Este ciclo de frescos, conocido como “Las Bodas de los Dioses”, es considerado una de las obras maestras de la pintura barroca. Los Carracci, junto con otros artistas como Domenichino y Giovanni Lanfranco, decoraron otras habitaciones del palacio, contribuyendo a su fama como tesoro de arte y cultura.La Sala de los Fastos Farnesianos, ahora la oficina del embajador, era originalmente una sala de recepción. Aquí, el techo pintado por Salviati y completado por los hermanos Zuccari narra las glorias de la familia Farnese a través de un uso sofisticado del trompe-l’œil, que crea la ilusión de arquitecturas y esculturas tridimensionales pintadas en las paredes.
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