Palacio Nacional de la Ajuda

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El Palácio Nacional da Ajuda, situado en una colina que domina el río Tajo en Lisboa, es un imponente ejemplo de arquitectura neoclásica y un símbolo de la historia turbulenta y el prestigio de la monarquía portuguesa. Su construcción comenzó en 1795, bajo la dirección de los arquitectos Manuel Caetano de Sousa, José da Costa e Silva y Francisco Xavier Fabri, siguiendo un proyecto que combinaba elementos barrocos y rococós, posteriormente simplificado y reducido por razones económicas y políticas. El palacio fue originalmente concebido para reemplazar la residencia real temporal de madera, construida después del devastador terremoto de 1755 que había destruido el Paço da Ribeira. Sin embargo, la construcción del nuevo palacio fue interrumpida varias veces debido a problemas financieros y a las invasiones francesas de 1807, cuando la familia real se vio obligada a huir a Brasil. Este período de interrupción e incertidumbre dejó el proyecto incompleto durante muchos años. La reanudación de los trabajos en 1813 marcó un cambio de dirección, con un enfoque más sobrio y digno. A pesar de las dificultades, el palacio se convirtió en la residencia oficial de la familia real portuguesa durante el reinado del rey Luís I en 1861, y así permaneció hasta la proclamación de la República en 1910. Durante este período, el palacio fue decorado con esplendor por la reina María Pía, esposa de Luís I, quien lo enriqueció con lujosos muebles, obras de arte y colecciones de objetos preciosos, reflejando el gusto y la sofisticación de la época. La arquitectura del Palácio Nacional da Ajuda presenta una imponente fachada neoclásica, con un pórtico de columnas y un frontón triangular decorado con bajorrelieves alegóricos. Los interiores son igualmente grandiosos, con salas ricamente decoradas, destacando la Sala del Trono, con su trono dorado y paredes revestidas de seda, y la Sala de María Pía, adornada con magníficos candelabros y muebles de estilo rococó. La Sala dos Grandes Jantares, utilizada para banquetes y recepciones de estado, es famosa por su larga mesa de comedor de madera tallada y sus decoraciones elaboradas. El palacio también alberga el Museo del Tesoro Real, inaugurado en 1968, que exhibe una amplia colección de joyas, platería, cerámica y tejidos que datan de los siglos XVIII y XIX. Esta colección ofrece una visión única de la vida y costumbres de la corte portuguesa, además de testimoniar la habilidad artesanal de la época. A pesar de los muchos cambios y dificultades a lo largo de su historia, el Palácio Nacional da Ajuda sigue siendo un monumento extraordinario que encarna la elegancia y la magnificencia de la monarquía portuguesa. Hoy en día, el palacio está abierto al público y sigue siendo utilizado para eventos oficiales, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar sus magníficas salas y sumergirse en la historia real de Portugal. Las visitas guiadas permiten apreciar plenamente la belleza arquitectónica y artística de este edificio, que representa un capítulo importante de la historia cultural y política del país.
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