Parco Público Indro Montanelli

Europa,
Italia,
citta, Milán,
Porta Venezia
Los Jardines Públicos Indro Montanelli, ubicados en el barrio de Porta Venezia en Milán, representan una de las áreas verdes más antiguas y queridas de la ciudad. Inaugurados en 1784 por orden del emperador José II de Austria, estos jardines fueron diseñados por el arquitecto neoclásico Giuseppe Piermarini, también conocido por el Teatro alla Scala. Los jardines son un ejemplo de cómo la planificación urbana del siglo XVIII supo integrar la naturaleza y la arquitectura para crear espacios de recreación y belleza. El proyecto inicial de Piermarini preveía un diseño riguroso y simétrico, inspirado en los jardines franceses, con avenidas arboladas, parterres geométricos y fuentes. Este diseño reflejaba los principios de la Ilustración, que promovían el orden y la racionalidad incluso en los espacios verdes. Sin embargo, a lo largo de los años, los jardines sufrieron varias modificaciones y expansiones que cambiaron en parte su aspecto original. En el siglo XIX, Giuseppe Balzaretto, famoso arquitecto paisajista, fue encargado de ampliar y reestructurar los jardines siguiendo el modelo del jardín inglés. Este nuevo enfoque privilegiaba un aspecto más natural y pintoresco, con senderos sinuosos, colinas artificiales y lagos. La introducción de especies botánicas exóticas enriqueció aún más la biodiversidad del parque, convirtiéndolo en un lugar ideal para pasear y realizar actividades al aire libre. Un elemento de gran importancia cultural e histórica es el Museo Cívico de Historia Natural, inaugurado en 1893 y diseñado por el arquitecto Giovanni Ceruti en estilo neorrománico. El museo alberga una amplia colección de restos de geología, paleontología, zoología y botánica, ofreciendo a los visitantes un fascinante viaje a través de la historia natural. Este edificio no solo es un punto de referencia para los amantes de las ciencias naturales, sino también un símbolo de la contribución de Milán a la cultura y al conocimiento científico. En 1930, otra adición significativa a los jardines fue el Planetario Ulrico Hoepli, diseñado por Piero Portaluppi. Este planetario, el más grande de Italia, es un centro de educación astronómica que ha inspirado a generaciones de estudiantes y entusiastas de la astronomía. Sus proyecciones celestes y conferencias científicas han convertido al planetario en un lugar de gran atracción para el público milanés y más allá. Un evento crucial en la historia reciente de los jardines fue el cambio de nombre en 2002, en honor al famoso periodista y escritor Indro Montanelli. Montanelli, conocido por su espíritu crítico y su independencia de pensamiento, era un visitante habitual de los jardines, donde le gustaba pasear y reflexionar. Una estatua de bronce de Montanelli, realizada por el escultor Vito Tongiani, fue colocada en los jardines cerca del lugar donde el periodista fue herido por las Brigadas Rojas en 1977. Este monumento no solo conmemora la figura de Montanelli, sino que también representa un símbolo de la libertad de expresión y el coraje cívico. Además de su importancia histórica y cultural, los jardines son un oasis de tranquilidad en el corazón de Milán. Con una superficie de 172.000 metros cuadrados, ofrecen espacios para el relax, el deporte y la diversión. Son frecuentados por corredores, familias y niños que pueden disfrutar de las numerosas áreas de juego y instalaciones deportivas. La variedad de árboles y plantas, incluyendo arces, cedros, ginkgos e hipocastanos, crea un ambiente exuberante y regenerador. El jardín está adornado con numerosas estatuas y monumentos que celebran figuras históricas y artísticas. Entre ellas, destacan las estatuas de Emilio De Marchi y Giuseppe Balzaretto, que enriquecen aún más el valor artístico del parque. El pabellón del café, originalmente diseñado por Giuseppe De Finetti y posteriormente convertido en una guardería, añade un toque adicional de encanto al área. Otra atracción de los jardines es el lago artificial, diseñado por Balzaretto y ampliado por Alemagna a finales del siglo XIX. Este espejo de agua, situado frente al Palazzo Dugnani, una villa del siglo XVIII que alberga exposiciones de arte temporales, ofrece un lugar pintoresco para paseos románticos o momentos de contemplación.
Leer más