Parque de las Murallas
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El Parque de las Murallas y Fortalezas de Verona es una de las gemas ocultas de la ciudad, un lugar donde la historia, la naturaleza y la arquitectura se fusionan armoniosamente, ofreciendo a los visitantes una experiencia única. Este parque urbano, que se extiende por aproximadamente nueve kilómetros, sigue el perímetro de las antiguas murallas de la ciudad, construidas y modificadas a lo largo de los siglos para proteger a Verona de los asaltos enemigos. La historia de las murallas de Verona es fascinante y compleja. Las primeras fortificaciones datan de la época romana, cuando la ciudad era un importante centro estratégico a lo largo de la Vía Postumia. De ese período quedan rastros significativos, como la Porta Borsari, una de las antiguas puertas de la ciudad, aún admirada por su imponencia y detalles arquitectónicos. Durante la Edad Media, las murallas fueron ampliadas y fortalecidas por la familia de los Scaligeri, señores de Verona, que añadieron torres y bastiones para mejorar la defensa de la ciudad. Un período de gran transformación para las murallas veronesas fue el dominio veneciano, iniciado en 1405. La Serenissima, consciente de las nuevas técnicas de guerra, introdujo importantes modificaciones, como la construcción de bastiones y rondas de ladrillo, que confieren a las murallas un aspecto robusto e imponente. Estos cambios son visibles en lugares como el Bastión de San Bernardino y el Bastión de Santo Spirito. La última gran fase de fortificación tuvo lugar durante la ocupación austriaca en el siglo XIX. Los austriacos, aprovechando las técnicas constructivas de la época, realizaron obras que parecen auténticos enjambres de piedra, con techos puntiagudos que sobresalen sobre las antiguas almenas. Estas intervenciones, como el Fuerte San Felice, testimonian la importancia estratégica que Verona aún tenía en tiempos relativamente recientes. El Parque de las Murallas no es solo un sitio histórico, sino también un importante espacio verde para la ciudad. El parque ofrece numerosos senderos para pasear, hacer senderismo urbano y ciclismo, permitiendo a los visitantes sumergirse en la naturaleza y disfrutar de espléndidas vistas panorámicas de la ciudad y las colinas circundantes. El recorrido naturalista serpentea entre árboles centenarios, prados floridos y una rica biodiversidad, convirtiendo al parque en un verdadero corredor ecológico. Uno de los aspectos más fascinantes del Parque de las Murallas es la posibilidad de ver cómo las diferentes épocas históricas se entrelazan a lo largo del recorrido. Por ejemplo, paseando por las murallas scaligeras, se pueden apreciar las adiciones venecianas y austriacas que cuentan una historia de continua evolución y adaptación a las nuevas necesidades defensivas. Este viaje en el tiempo se ve aún más enriquecido por las numerosas instalaciones informativas y paneles explicativos que acompañan a los visitantes a lo largo del recorrido.
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